miércoles, 6 de julio de 2011

APROXIMACIONES A LA HISTORIA DE LA PRENSA EN EL PERU

El punto de partida del periodismo en el Perú, y en general en América, está en relación directa con el surgimiento de la imprenta en Europa en el siglo XV y su posterior implementación en el Nuevo Mundo. La mayoría de los críticos atribuyen el origen del periodismo a las hojas volantes o relaciones manuscritas -que circularon primero en Europa y luego en América- portadoras de una sola noticia o hecho de carácter religioso, político o comercial, según el caso, lo que nos lleva a pensar en la gran importancia de la imprenta para la inmediata de difusión de cierta información concerniente a un grupo de gente cada vez más extenso. José Antonio Benítez, en su libro Los orígenes del periodismo en nuestra América, da cuenta de cómo en las principales ciudades europeas abundaban estas noticias manuscritas, y da como ejemplo el caso de los avissi italianos.
El Nuevo Mundo, a su vez, irá adoptando poco a poco las costumbres europeas en su proceso de colonización, y es así como se ha registrado la aparición de la primera hoja volante en México en 1541 ó 1542, cuyo objetivo es informar acerca de un terremoto ocurrido en Guatemala. En el caso del Perú, la primera hoja volante registrada está fechada en 1594 y tiene que ver con la incursión de piratas ingleses en las costas del Pacífico del mismo modo que en Europa mediante boletines tales como "Relaciones" y "Noticiarios", que contenían noticias de carácter mundial y que se publicaban en Lima a la llegada del correo de España.


Algunos "Noticiarios", pueden ser llamados antecedentes de la primera publicación estable: la "Gazeta de Lima". Esta publicación tenía una sección llamada "Noticias de Lima", que hablaba sobre la entrada y salida de barcos, los conocimientos de los tiempos y hasta de la crónica social.
Jaime Mauzate y Mesa, un español que a fines del sigl XVIII publicó El primer periódico que se llamò la "Gaceta de Lima" y apareció en 1715 publicando mensualmente noticias de Europa y América. En 1790 aparece el primer diario: "Diario Curioso, Erudito, Económico y Comercial", Jaime Bausate y Mesa; y el 2 de enero de 1791, el Mercurio Peruano, órgano bisemanal de la Sociedad Amantes del País, que cumpliera un papel decisivo como expresión de la naciente conciencia nacional peruana.
Tras algunos meses de fundado el "Diario de Lima", aparece el “Mercurio Peruano, ese gran baluarte de la peruanidad, vocero de la patriótica Sociedad Amantes del País durante el Virreinato yacente, con 381 ediciones, desde el 2 de enero de 1791 hasta el 28 de agosto de 1794, confrontando al “Diario de Lima”, cuya autorizada genuflexión comenzó el primer día de octubre de 1790 y concluyó el 26 de setiembre de 1793 con su número 249, al lado de la virreinal “ Gaceta del Gobierno de Lima”.
La finalidad de "El Mercurio Peruano" era doble e histórica: al dar a conocer el Perú, y afirmar el sentimiento patriótico que había de impulsar la revolución.
Raúl Porras Barrenechea, distingue, en torno Al forjamiento de la República del Perú, un Periodismo Patriótico o Libertario, anterior a la proclamación de la Independencia, y otro – igualmente agitado por la idea y el sentimiento de Patria y Libertad – que identificaremos, genéricamente, como Periodismo Pre republicano.




El periodismo en el siglo XIX

Es el año 1810 el que marca el inicio de una etapa importante en el periodismo en el país. Ese año se da la Constitución de Cádiz, que decreta la libertad de pensamiento y la supresión de la Inquisición. Gracias a este decreto, se da una nueva apertura en el periodismo y comienzan a circular abundantes impresos.
Al derogarse la Constitución cesan las voces revolucionarias, y solo queda en circulación la "Gazeta" Virreynal que era oficialista.
Proclamada en Lima la Independencia, el 28 de julio de 1821, el libertador José de San Martín remplazó a la “Gaceta” virreinal, por la “Gaceta del Gobierno Independiente”, periódico que, frente a la resistencia del Ejército Realista, debió imprimirse temporalmente en Trujillo. Esta ciudad era inclaudicable territorio libre pues había jurado la independencia el 29 de diciembre de 1820 y contaba con una buena imprenta pública comprada y puesta al servicio de la naciente república por acuerdo del Cabildo del 4 de febrero de 1823.
Alfredo Larco Herrera sostiene en sus “Anales del Cabildo” y lo ratifica Jorge Zevallos Quiñones en su exhaustivo rastreo de “La imprenta en el norte del Perú”, que la màquina para imprimir que compro el Perù costó 150 pesos y fue adquirida a Manuel del Río, acaso pariente o el mismo impresor en Lima sucesivamente de las “gacetas” de los gobiernos colonial e independiente. Instalada la máquina en Trujillo el primer impresor oficial fue José Jacinto Paredes, a quien sucedió José Gonzales. Zevallos Quiñones registra al rededor de una docena de importantes impresores de publicaciones desde que aparecieran los primeros periódicos, difíciles de visualizar, hasta 1910 en que parecen instituirse algunos archivos particulares.

“La Gaceta del Gobierno Independiente” circuló desde el 18 de julio de 1821 hasta el 7 de mayo de 1823 en que las circunstancias complicadas que confrontaban San Martín y los patriotas en Lima obligó al cambio de sede a Trujillo, donde se publicó desde el 19 de julio hasta el 11 de octubre de 1823. En agosto se reinstaló en Lima publicándose hasta enero de 1825.
Es conocido que San Martín trajo de Chile una imprenta portátil para sus proclamas y boletines y que Bolívar, por iniciativa de José Faustino Sánchez Carrión, ordenó montar una máquina sobre una carreta para acompañar al ejército libertador unido e imprimir ese beligerante periódico llamado “El Centinela en Campaña”, cuyo primer número fue fechado el 22 de abril de 1824 en Santiago de Chuco., continuándose sus ediciones el 4 de mayo en Huamachuco hasta que la novena y última salió el 14 de julio en Huariaca, Carás. En Huaraz, por entonces, la imprenta itinerante de Bolívar y Sánchez Carrión publicó “El hurón del Norte”,con no menos inflamado espíritu libertario.
Como el tiraje requerido no podía ser cubierto con la imprenta en campaña, el ejército libertador unido se vio precisado a utilizar la imprenta municipal de Trujillo que se había dado abasto para editar otros periódicos patrióticos comenzando por “La Gaceta” sanmartiniana. La más importante, sin duda, fue “El Nuevo Día del Perú” fundado por Hipólito Unanue con sus colegas médicos José María Falcón y Félix Devotti , a fin de continuar la gesta ideológica liberal, peruanista y separatista del “Mercurio Peruano” y contrarrestar las procacidades y mentiras de “El Desengaño” y “El Triunfo del Callao” del gacetillero español Gaspar Rico y Angulo y otros panfletistas de la misma ralea, posesionados en la fortaleza del Real Felipe.
En esta época polémica y apasionada, nacen y mueren los periódicos de acuerdo al momento político o a problemas personales de su editor: esto es lo que se denominó "La guerra del papel". Al periódico "La Abeja Republicana" y al periodista Faustino Sánchez Carrión, "el Solitario de Sayán", les cabe el honor de haber emprendido en 1822 una de las primeras y más importantes campañas periodísticas de la historia del periodismo en el Perú, al lograr que el nuevo gobierno a implantarse por los Libertadores, fuese el republicano y no el monárquico

"El Peruano" aparece el 13 de mayo de 1826. Sus redactores se encontraban ocultos bajo seudónimos debido al clima polémico de la época.
Este diario es en parte heredero de las viejas "relaciones "y "gacetas" de los orígenes del periodismo peruano, producto de la necesidad de un informante oficial sobre ordenanzas, leyes, decretos, etc.
Quien ordenó la organización de este diario fue el general Simón Bolívar y se le puso por título "El Peruano" por no existir en ese momento ninguna hoja con ese nombre. Durante el período del presidente Gamarra se le cambió el nombre a El Conciliador (1830) y en el período del mariscal Orbegoso se le llamó El Redactor. En 1835 se convirtió en La Gaceta de Gobierno, y bajo la administración de Santa Cruz fue conocido como El Eco del Protectorado.
Podemos afirmar que entre 1811 y 1824 se registraron en nuestro país apariciones de distintas publicaciones periodísticas cuyo contenido ideológico y político fomentaron en sus páginas el debate y la discusión. Era la llamada prensa doctrinal.
Del año 1827 al 39, renace el periodismo político y aparecen nuevos diarios.
El Perú fue uno de los países que sembró el estilo de prensa en Latinoamérica.
En 1839 se inicia una nueva era en el periodismo, no sólo por la aparición de un nuevo tipo de periodismo, sino por la desaparición de los órganos políticos: "El Mercurio" y "El Telégrafo". A partir de éste momento, el diario "El Comercio" empieza su reinado.
La primera edición de "El Comercio" aparece el 4 de mayo de 1839, bajo el lema de "Orden, Libertad, Saber". Desde su aparición, éste tuvo una gran y constante competencia a través de los numerosos periódicos que se editaban en Lima.
En especial este diario marca indudablemente un jalón de la historia del periodismo peruano y coincide con el comienzo de una etapa de la historia del país. Se funda justo en tiempos en que se busca terminar con el caudillismo y cuando es posible editar un periódico que trate de sustraerse a la política cotidiana para procurar el simple negocio editorial.
Años más tarde "El Comercio" es dotado de los más avanzados elementos mecánicos de la época, introduciendo la primera rotativa Marinoni y un moderno taller de estereotipia.
En 1873 aparece por primera vez uno de los diarios más importantes de nuestra historia, "La Opinión Pública", coincidiendo también con una nueva etapa de la vida económica y política del país.

El Perú -pese a que ya habían transcurrido varios quinquenios y, simultáneamente, retahílas de gobiernos- aún padecía los estragos y las secuelas de la post-guerra extendida contra Chile. Esta guerra no sólo había devastado nuestro territorio materialmente, sino que también había causado daños de índole moral. Por ello, los peruanos ±y en especial, los habitantes de la Sierra y de la Selva- guardaban en sí mismos un sentimiento irascible de revolución e impotencia, que en cualquier momento podía reverberar.


EL PERIODSIMO EN EL SIGLO XX
No obstante de la guerra contra Chile, susodicho sentimiento impotente se iba fomentando además con el abuso y los vejámenes perpetrados contra la clase obrera por parte de los acaudalados y caudillos presidenciales. Los obreros vivían oprimidos y, prácticamente, con las manos atadas, constreñidos a trabajar en condiciones vehemencia que las cadenas explotadoras podían suscitar en los obreros. Ergo, se logró un avance: la aceptación de la jornada de las 8 horas de trabajo, pero recién, en el gobierno de Pan Grande´ Billinghurst, empero, sólo para los trabajadores del muelle Dársena del Callao. Luego de luchas y muchas huelgas, el estado para calmar a los trabajadores puso en actividad dos proyectos: El proyecto Manzanilla, y los Seguros de Trabajo.
Con el segundo Gobierno de José Pardo y Barreda se estableció a nivel nacional las ocho horas de déspotas para poder tan siquiera subsistir. Soñaban y fraguaban ya una revolución que los liberase del yugo mandatario.
Así que -no pudiendo reprimir y tolerar más los oprobios- se desata el Movimiento Obrero durante el gobierno de Pardo y Barreda. Eran presididos por Delfín Lévano, quien, a la vez de ser periodista del diario La Protesta, era también sindicalista.
Perpetrándose así una sucesión de huelgas anarco-sindicalistas, en su mayoría, con la
trabajo luego de serias protestas de dos días de paros y enfrentamientos
PUBLICACIONES Y SUS CARACTERÍSTICAS:
Dentro de este contexto ajetreado y enrevesado era inevitable que se divulgue un gran cúmulo de publicaciones, entre las cuales explayaremos las revistas literarias, publicaciones sindicalistas y periódicos o diarios:
- Las revistas literarias reflejaban, por lo general, oposición contra un ente; también velaban por el arte y las Letras, la difusión de la Literatura, Historia, Ciencias y otros conocimientos que se importaban. Tenemos por ejemplo, la revista Colónida (1916), que objetaba contra el hispanismo, proponía extender la mente y renovarla, pues en ésta el pensamiento estaba parametrado; Amigo del Pueblo (1904) dirigida por el indigenista López Albújar, la cual prendía el fogón autóctono; El Ariete (1901), que era el órgano defensor del Partido Liberal Independiente; Mundo Limeño (1907), que publicó los loables ensayos de Mariátegui acerca de la realidad peruana; entre muchas otras.
- Las publicaciones sindicalistas bregaban por la consideración al obrero, el cual era víctima de abusos y explotaciones impunes. Descolla indiscutiblemente, como ya se mencionó, La Protesta, perteneciente a un grupo sindicalista y máximo exponente de la lucha obrera impresa. Tenemos también a las publicaciones: El Obrero Panadero (1916); El Obrero Organizado(1 9 1 7 ); El Obrero Organizado(1 9 1 7 ); El Martillo (1918); entre otras.
- En cuanto a periódicos y diarios tenemos a La Prensa (1903), que defendía los intereses del Partido Demócrata y la oposición radical al civilismo hasta la caída de Billinghurst, era de un gran formato (60 × 45 cm), sobresalían los textos ante los dibujos y publicaba dos ediciones diarias: la de la mañana, que constaba de ocho páginas, y la de la tarde, que constaba de cuatro; La Crónica (1912), que innovó el periodismo con su formato pequeño (tabloide), un suplemento diario, titulares grandes, preferencia por temas sensacionalistas y abundancia de fotografías y caricaturas; La Razón (1919), dedicada a combatir la presidencia de Leguía y a la defensa de los derechos universitarios; La Lucha (1914), que combatía la dictadura del militar Benavides, sin embargo, fue clausurada por ésta, constatando la oprobiosa hegemonía mandataria de aquella época.

El diarismo tiene también etapas muy marcadas en su desarrollo. Sobre todo en la fase de 1903 – 1948. De 1903 a 1919 existe una relación libertad de prensa y los diarios de oposición de derecha tienen un amplio espacio de crítica.
Dentro de ésta época aparece otro diario importante: "La Prensa". Éste era un diario de partido, de estrecha visión y nula objetividad.
Este diario tuvo muchas asperezas, complicaciones y problemas con el gobierno de Leguía. Todo esto debido a que durante la campaña electoral de 1919, fueron
constantes los ataques a Leguía y esto molesto muchísimo a quien iba ser el futuro dictador. Quien poco tiempo después tomara represalias contra el diario y sus redactores. Inclusive la gran molestia que sentía Leguía llegó a tal punto de que su gobierno fuera capaz de tomar por asalto a este periódico y expropiarlo de sus dueños.
Ya en el año 30, con Leguía derrocado, La Prensa fue devuelta a la viuda de su dueño.
Siguiendo cronológicamente, en el año 1912 aparece otro diario que trajo algunas novedades en cuanto a la presentación del diario en sí, pero que no tuvo mucha relevancia como otros. Este es el caso de "La Crónica". Fue fundada por Manuel Moral y apareció el 7 de abril de 1912

La novedad que aportó "La Crónica" al periodismo de su tiempo fue su tamaño "tabloide" y una gran cantidad de grabados y hasta un suplemento diario. Era el advenimiento de "lo ágil" en el ambiente limeño y tuvo regular éxito de ventas. Era un diario que era poco incisivo con respecto a la política y por eso se mantuvo desde su nacimiento un poco con suerte de segundo plano en relación a los "grandes". Jorge Basadre, en su Historia de la República del Perú expresa que "la historia del periodismo peruano es mucho más rica y compleja de lo que han afirmado comentaristas superficiales", y añade, para sustentar la idea anterior, que "en los avisos y en otros rincones despreciados puede el investigador acucioso encontrar datos de valía: movimiento de barcos, cifras estadísticas o del comercio exterior o interior, anuncio de cosas que la gente usaba, compra o venta de esclavos cuando ese tráfico fue viable por su propaganda comercial, etc.".
En el período entre 1948 y 1970, permanecen los diarios El Comercio, La Prensa, La Crónica pero éstos se modernizan, adaptándose a las exigencias de un nuevo y más amplio mercado de lectores, al que les interesa llegar sobre todo, por intereses políticos e ideológicos bien definidos.
En este lapso también aparecen nuevos diarios. Pero estos periódicos no fueron ya producto de arrebatos románticos que podían concretarse con poco dinero y el contrato de una imprenta; sino todo lo contrario, eran ahora necesarios grandes capitales, locales adecuados, una serie de redactores, una infraestructura de distribución, etc. Las necesidades de un público heterogéneo hicieron que estos nuevos periódicos ya no fueran partidarios como sus antecesores, sin que esto implique que no asumieran posiciones políticas en coyunturas determinadas.
Dentro del tipo de periódico tabloide, aparece en el año 1950 "Ultima Hora", con la típica característica de grandes titulares sensacionalistas. En formato igualmente tabloide, pero matutino, y de una líneas más seria, surge en el año 1961 "Expreso". Este diario se convertiría años más tarde en uno de los más controvertidos que han circulado en el Perú. Ha sido sin embargo el más vigoroso diario antiimperialista de nuestra historia.
Son claros los ejemplos de la inclinación que tenían los diarios hacia partidos o principios político-sociales, es el caso de El Diario Marka o el diario P. M. que aparecieron en la década de los setenta ambos fueron muy reconocidos en su época por su inclinación izquierdista y principios socialistas, alcanzaron un alto número en las ventas de ejemplares diarios, pero terminaron en lo mismo: conflictos internos debido a disputas entre el campo periodístico y los intereses sociales o económicos de partidos izquierdistas. Todo cambió a mediados de los años 80, en el gobierno de Alan García, cuando aparece un respetado diario de corte formal que connotaba seriedad, La República, de pensamiento liberal y libre de partidos que influenciaran su contenido. A su vez, surgen también el diario L a Voz (en donde los periodistas buscaban la fórmula para que el contenido de éste sea de interés mayoritario), el semanario Si, fundado por Carlos Maraví, el diario Buenos Días, que tenía la peculiaridad de llevar dos diarios en uno (Diario amanecer´, por el anverso y Monos y monadas´ por el reverso), el diario Gestión, de contenido dedicado a los negocios y economía, el periódico Cambio, dirigido por Yehude Simon.

El periodismo libre alcanzó gran desarrollo, hasta que se produjo la dictadura del General Velasco. El 26 de julio de 1974, su gobierno mediante el uso de la policía ocupa sorpresivamente todos los diarios de Lima: "El Comercio", "La Prensa", "Ojo", "Correo", "Última Hora" y "Afición", apropiándose de éstos e imponiendo nuevos editores.
No fue hasta 1980 que, al retornar a la democracia al Perú, pudo restablecerse en el país la libertad de expresión y devolverse los diarios a sus legítimos dueños.
Precisamente fue la noche del 28 de julio de 1980 el día en el que retornaron los dueños de los periódicos a sus antiguos despachos. Entre ellos podemos encontrar a: Alejandro y Aurelio Miró Quesada en El Comercio, Guillermo Cortez Núñez en Expreso, Enrique Agios en Correo, etc.
La prensa diaria de circulación nacional volvió a la normalidad de la propiedad privada como lo habían hecho antes la radio y la televisión.

EL PERIODISMO PERUANO ENTRE 1980 Y EL 2000

El punto de partida del periodismo en el Perú, y en general en América, está en relación directa con el surgimiento de la imprenta en Europa en el siglo XV y su posterior implementación en el Nuevo Mundo. La mayoría de los críticos atribuyen el origen del periodismo a las hojas volantes o relaciones manuscritas -que circularon primero en Europa y luego en América- portadoras de una sola noticia o hecho de carácter religioso, político o comercial, según el caso, lo que nos lleva a pensar en la gran importancia de la imprenta para la inmediata de difusión de cierta información concerniente a un grupo de gente cada vez más extenso. José Antonio Benítez, en su libro Los orígenes del periodismo en nuestra América, da cuenta de cómo en las principales ciudades europeas abundaban estas noticias manuscritas, y da como ejemplo el caso de los avissi italianos.
El Nuevo Mundo, a su vez, irá adoptando poco a poco las costumbres europeas en su proceso de colonización, y es así como se ha registrado la aparición de la primera hoja volante en México en 1541 ó 1542, cuyo objetivo es informar acerca de un terremoto ocurrido en Guatemala. En el caso del Perú, la primera hoja volante registrada está fechada en 1594 y tiene que ver con la incursión de piratas ingleses en las costas del Pacífico del mismo modo que en Europa mediante boletines tales como "Relaciones" y "Noticiarios", que contenían noticias de carácter mundial y que se publicaban en Lima a la llegada del correo de España.
Algunos "Noticiarios", pueden ser llamados antecedentes de la primera publicación estable: la "Gazeta de Lima". Esta publicación tenía una sección llamada "Noticias de Lima", que hablaba sobre la entrada y salida de barcos, los conocimientos de los tiempos y hasta de la crónica social.
Jaime Mauzate y Mesa, un español que a fines del sigl XVIII publicó El primer periódico que se llamò la "Gaceta de Lima" y apareció en 1715 publicando mensualmente noticias de Europa y América. En 1790 aparece el primer diario: "Diario Curioso, Erudito, Económico y Comercial", Jaime Bausate y Mesa; y el 2 de enero de 1791, el Mercurio Peruano, órgano bisemanal de la Sociedad Amantes del País, que cumpliera un papel decisivo como expresión de la naciente conciencia nacional peruana.
Tras algunos meses de fundado el "Diario de Lima", aparece el “Mercurio Peruano, ese gran baluarte de la peruanidad, vocero de la patriótica Sociedad Amantes del País durante el Virreinato yacente, con 381 ediciones, desde el 2 de enero de 1791 hasta el 28 de agosto de 1794, confrontando al “Diario de Lima”, cuya autorizada genuflexión comenzó el primer día de octubre de 1790 y concluyó el 26 de setiembre de 1793 con su número 249, al lado de la virreinal “ Gaceta del Gobierno de Lima”.
La finalidad de "El Mercurio Peruano" era doble e histórica: al dar a conocer el Perú, y afirmar el sentimiento patriótico que había de impulsar la revolución.
Raúl Porras Barrenechea, distingue, en torno Al forjamiento de la República del Perú, un Periodismo Patriótico o Libertario, anterior a la proclamación de la Independencia, y otro – igualmente agitado por la idea y el sentimiento de Patria y Libertad – que identificaremos, genéricamente, como Periodismo Pre republicano,
El periodismo en el siglo XIX

Es el año 1810 el que marca el inicio de una etapa importante en el periodismo en el país. Ese año se da la Constitución de Cádiz, que decreta la libertad de pensamiento y la supresión de la Inquisición. Gracias a este decreto, se da una nueva apertura en el periodismo y comienzan a circular abundantes impresos.
Al derogarse la Constitución cesan las voces revolucionarias, y solo queda en circulación la "Gazeta" Virreynal que era oficialista.
Proclamada en Lima la Independencia, el 28 de julio de 1821, el libertador José de San Martín remplazó a la “Gaceta” virreinal, por la “Gaceta del Gobierno Independiente”, periódico que, frente a la resistencia del Ejército Realista, debió imprimirse temporalmente en Trujillo. Esta ciudad era inclaudicable territorio libre pues había jurado la independencia el 29 de diciembre de 1820 y contaba con una buena imprenta pública comprada y puesta al servicio de la naciente república por acuerdo del Cabildo del 4 de febrero de 1823.
Alfredo Larco Herrera sostiene en sus “Anales del Cabildo” y lo ratifica Jorge Zevallos Quiñones en su exhaustivo rastreo de “La imprenta en el norte del Perú”, que la màquina para imprimir que compro el Perù costó 150 pesos y fue adquirida a Manuel del Río, acaso pariente o el mismo impresor en Lima sucesivamente de las “gacetas” de los gobiernos colonial e independiente. Instalada la máquina en Trujillo el primer impresor oficial fue José Jacinto Paredes, a quien sucedió José Gonzales. Zevallos Quiñones registra al rededor de una docena de importantes impresores de publicaciones desde que aparecieran los primeros periódicos, difíciles de visualizar, hasta 1910 en que parecen instituirse algunos archivos particulares.

“La Gaceta del Gobierno Independiente” circuló desde el 18 de julio de 1821 hasta el 7 de mayo de 1823 en que las circunstancias complicadas que confrontaban San Martín y los patriotas en Lima obligó al cambio de sede a Trujillo, donde se publicó desde el 19 de julio hasta el 11 de octubre de 1823. En agosto se reinstaló en Lima publicándose hasta enero de 1825.
Es conocido que San Martín trajo de Chile una imprenta portátil para sus proclamas y boletines y que Bolívar, por iniciativa de José Faustino Sánchez Carrión, ordenó montar una máquina sobre una carreta para acompañar al ejército libertador unido e imprimir ese beligerante periódico llamado “El Centinela en Campaña”, cuyo primer número fue fechado el 22 de abril de 1824 en Santiago de Chuco., continuándose sus ediciones el 4 de mayo en Huamachuco hasta que la novena y última salió el 14 de julio en Huariaca, Carás. En Huaraz, por entonces, la imprenta itinerante de Bolívar y Sánchez Carrión publicó “El hurón del Norte”,con no menos inflamado espíritu libertario.
Como el tiraje requerido no podía ser cubierto con la imprenta en campaña, el ejército libertador unido se vio precisado a utilizar la imprenta municipal de Trujillo que se había dado abasto para editar otros periódicos patrióticos comenzando por “La Gaceta” sanmartiniana. La más importante, sin duda, fue “El Nuevo Día del Perú” fundado por Hipólito Unanue con sus colegas médicos José María Falcón y Félix Devotti , a fin de continuar la gesta ideológica liberal, peruanista y separatista del “Mercurio Peruano” y contrarrestar las procacidades y mentiras de “El Desengaño” y “El Triunfo del Callao” del gacetillero español Gaspar Rico y Angulo y otros panfletistas de la misma ralea, posesionados en la fortaleza del Real Felipe.
En esta época polémica y apasionada, nacen y mueren los periódicos de acuerdo al momento político o a problemas personales de su editor: esto es lo que se denominó "La guerra del papel". Al periódico "La Abeja Republicana" y al periodista Faustino Sánchez Carrión, "el Solitario de Sayán", les cabe el honor de haber emprendido en 1822 una de las primeras y más importantes campañas periodísticas de la historia del periodismo en el Perú, al lograr que el nuevo gobierno a implantarse por los Libertadores, fuese el republicano y no el monárquico

"El Peruano" aparece el 13 de mayo de 1826. Sus redactores se encontraban ocultos bajo seudónimos debido al clima polémico de la época.
Este diario es en parte heredero de las viejas "relaciones "y "gacetas" de los orígenes del periodismo peruano, producto de la necesidad de un informante oficial sobre ordenanzas, leyes, decretos, etc.
Quien ordenó la organización de este diario fue el general Simón Bolívar y se le puso por título "El Peruano" por no existir en ese momento ninguna hoja con ese nombre. Durante el período del presidente Gamarra se le cambió el nombre a El Conciliador (1830) y en el período del mariscal Orbegoso se le llamó El Redactor. En 1835 se convirtió en La Gaceta de Gobierno, y bajo la administración de Santa Cruz fue conocido como El Eco del Protectorado.
Podemos afirmar que entre 1811 y 1824 se registraron en nuestro país apariciones de distintas publicaciones periodísticas cuyo contenido ideológico y político fomentaron en sus páginas el debate y la discusión. Era la llamada prensa doctrinal.
Del año 1827 al 39, renace el periodismo político y aparecen nuevos diarios.
El Perú fue uno de los países que sembró el estilo de prensa en Latinoamérica.
En 1839 se inicia una nueva era en el periodismo, no sólo por la aparición de un nuevo tipo de periodismo, sino por la desaparición de los órganos políticos: "El Mercurio" y "El Telégrafo". A partir de éste momento, el diario "El Comercio" empieza su reinado.
La primera edición de "El Comercio" aparece el 4 de mayo de 1839, bajo el lema de "Orden, Libertad, Saber". Desde su aparición, éste tuvo una gran y constante competencia a través de los numerosos periódicos que se editaban en Lima.
En especial este diario marca indudablemente un jalón de la historia del periodismo peruano y coincide con el comienzo de una etapa de la historia del país. Se funda justo en tiempos en que se busca terminar con el caudillismo y cuando es posible editar un periódico que trate de sustraerse a la política cotidiana para procurar el simple negocio editorial.
Años más tarde "El Comercio" es dotado de los más avanzados elementos mecánicos de la época, introduciendo la primera rotativa Marinoni y un moderno taller de estereotipia.
En 1873 aparece por primera vez uno de los diarios más importantes de nuestra historia, "La Opinión Pública", coincidiendo también con una nueva etapa de la vida económica y política del país.

El Perú -pese a que ya habían transcurrido varios quinquenios y, simultáneamente, retahílas de gobiernos- aún padecía los estragos y las secuelas de la post-guerra extendida contra Chile. Esta guerra no sólo había devastado nuestro territorio materialmente, sino que también había causado daños de índole moral. Por ello, los peruanos ±y en especial, los habitantes de la Sierra y de la Selva- guardaban en sí mismos un sentimiento irascible de revolución e impotencia, que en cualquier momento podía reverberar.
EL PERIODSIMO EN EL SIGLO XX
No obstante de la guerra contra Chile, susodicho sentimiento impotente se iba fomentando además con el abuso y los vejámenes perpetrados contra la clase obrera por parte de los acaudalados y caudillos presidenciales. Los obreros vivían oprimidos y, prácticamente, con las manos atadas, constreñidos a trabajar en condiciones vehemencia que las cadenas explotadoras podían suscitar en los obreros. Ergo, se logró un avance: la aceptación de la jornada de las 8 horas de trabajo, pero recién, en el gobierno de Pan Grande´ Billinghurst, empero, sólo para los trabajadores del muelle Dársena del Callao. Luego de luchas y muchas huelgas, el estado para calmar a los trabajadores puso en actividad dos proyectos: El proyecto Manzanilla, y los Seguros de Trabajo.
Con el segundo Gobierno de José Pardo y Barreda se estableció a nivel nacional las ocho horas de déspotas para poder tan siquiera subsistir. Soñaban y fraguaban ya una revolución que los liberase del yugo mandatario.
Así que -no pudiendo reprimir y tolerar más los oprobios- se desata el Movimiento Obrero durante el gobierno de Pardo y Barreda. Eran presididos por Delfín Lévano, quien, a la vez de ser periodista del diario La Protesta, era también sindicalista.
Perpetrándose así una sucesión de huelgas anarco-sindicalistas, en su mayoría, con la
trabajo luego de serias protestas de dos días de paros y enfrentamientos
PUBLICACIONES Y SUS CARACTERÍSTICAS:
Dentro de este contexto ajetreado y enrevesado era inevitable que se divulgue un gran cúmulo de publicaciones, entre las cuales explayaremos las revistas literarias, publicaciones sindicalistas y periódicos o diarios:
- Las revistas literarias reflejaban, por lo general, oposición contra un ente; también velaban por el arte y las Letras, la difusión de la Literatura, Historia, Ciencias y otros conocimientos que se importaban. Tenemos por ejemplo, la revista Colónida (1916), que objetaba contra el hispanismo, proponía extender la mente y renovarla, pues en ésta el pensamiento estaba parametrado; Amigo del Pueblo (1904) dirigida por el indigenista López Albújar, la cual prendía el fogón autóctono; El Ariete (1901), que era el órgano defensor del Partido Liberal Independiente; Mundo Limeño (1907), que publicó los loables ensayos de Mariátegui acerca de la realidad peruana; entre muchas otras.
- Las publicaciones sindicalistas bregaban por la consideración al obrero, el cual era víctima de abusos y explotaciones impunes. Descolla indiscutiblemente, como ya se mencionó, La Protesta, perteneciente a un grupo sindicalista y máximo exponente de la lucha obrera impresa. Tenemos también a las publicaciones: El Obrero Panadero (1916); El Obrero Organizado(1 9 1 7 ); El Obrero Organizado(1 9 1 7 ); El Martillo (1918); entre otras.
- En cuanto a periódicos y diarios tenemos a La Prensa (1903), que defendía los intereses del Partido Demócrata y la oposición radical al civilismo hasta la caída de Billinghurst, era de un gran formato (60 × 45 cm), sobresalían los textos ante los dibujos y publicaba dos ediciones diarias: la de la mañana, que constaba de ocho páginas, y la de la tarde, que constaba de cuatro; La Crónica (1912), que innovó el periodismo con su formato pequeño (tabloide), un suplemento diario, titulares grandes, preferencia por temas sensacionalistas y abundancia de fotografías y caricaturas; La Razón (1919), dedicada a combatir la presidencia de Leguía y a la defensa de los derechos universitarios; La Lucha (1914), que combatía la dictadura del militar Benavides, sin embargo, fue clausurada por ésta, constatando la oprobiosa hegemonía mandataria de aquella época.


El diarismo tiene también etapas muy marcadas en su desarrollo. Sobre todo en la fase de 1903 – 1948. De 1903 a 1919 existe una relación libertad de prensa y los diarios de oposición de derecha tienen un amplio espacio de crítica.
Dentro de ésta época aparece otro diario importante: "La Prensa". Éste era un diario de partido, de estrecha visión y nula objetividad.
Este diario tuvo muchas asperezas, complicaciones y problemas con el gobierno de Leguía. Todo esto debido a que durante la campaña electoral de 1919, fueron
constantes los ataques a Leguía y esto molesto muchísimo a quien iba ser el futuro dictador. Quien poco tiempo después tomara represalias contra el diario y sus redactores. Inclusive la gran molestia que sentía Leguía llegó a tal punto de que su gobierno fuera capaz de tomar por asalto a este periódico y expropiarlo de sus dueños.
Ya en el año 30, con Leguía derrocado, La Prensa fue devuelta a la viuda de su dueño.
Siguiendo cronológicamente, en el año 1912 aparece otro diario que trajo algunas novedades en cuanto a la presentación del diario en sí, pero que no tuvo mucha relevancia como otros. Este es el caso de "La Crónica". Fue fundada por Manuel Moral y apareció el 7 de abril de 1912

La novedad que aportó "La Crónica" al periodismo de su tiempo fue su tamaño "tabloide" y una gran cantidad de grabados y hasta un suplemento diario. Era el advenimiento de "lo ágil" en el ambiente limeño y tuvo regular éxito de ventas. Era un diario que era poco incisivo con respecto a la política y por eso se mantuvo desde su nacimiento un poco con suerte de segundo plano en relación a los "grandes". Jorge Basadre, en su Historia de la República del Perú expresa que "la historia del periodismo peruano es mucho más rica y compleja de lo que han afirmado comentaristas superficiales", y añade, para sustentar la idea anterior, que "en los avisos y en otros rincones despreciados puede el investigador acucioso encontrar datos de valía: movimiento de barcos, cifras estadísticas o del comercio exterior o interior, anuncio de cosas que la gente usaba, compra o venta de esclavos cuando ese tráfico fue viable por su propaganda comercial, etc.".
En el período entre 1948 y 1970, permanecen los diarios El Comercio, La Prensa, La Crónica pero éstos se modernizan, adaptándose a las exigencias de un nuevo y más amplio mercado de lectores, al que les interesa llegar sobre todo, por intereses políticos e ideológicos bien definidos.
En este lapso también aparecen nuevos diarios. Pero estos periódicos no fueron ya producto de arrebatos románticos que podían concretarse con poco dinero y el contrato de una imprenta; sino todo lo contrario, eran ahora necesarios grandes capitales, locales adecuados, una serie de redactores, una infraestructura de distribución, etc. Las necesidades de un público heterogéneo hicieron que estos nuevos periódicos ya no fueran partidarios como sus antecesores, sin que esto implique que no asumieran posiciones políticas en coyunturas determinadas.
Dentro del tipo de periódico tabloide, aparece en el año 1950 "Ultima Hora", con la típica característica de grandes titulares sensacionalistas. En formato igualmente tabloide, pero matutino, y de una líneas más seria, surge en el año 1961 "Expreso". Este diario se convertiría años más tarde en uno de los más controvertidos que han circulado en el Perú. Ha sido sin embargo el más vigoroso diario antiimperialista de nuestra historia.
Son claros los ejemplos de la inclinación que tenían los diarios hacia partidos o principios político-sociales, es el caso de El Diario Marka o el diario P. M. que aparecieron en la década de los setenta ambos fueron muy reconocidos en su época por su inclinación izquierdista y principios socialistas, alcanzaron un alto número en las ventas de ejemplares diarios, pero terminaron en lo mismo: conflictos internos debido a disputas entre el campo periodístico y los intereses sociales o económicos de partidos izquierdistas. Todo cambió a mediados de los años 80, en el gobierno de Alan García, cuando aparece un respetado diario de corte formal que connotaba seriedad, La República, de pensamiento liberal y libre de partidos que influenciaran su contenido. A su vez, surgen también el diario L a Voz (en donde los periodistas buscaban la fórmula para que el contenido de éste sea de interés mayoritario), el semanario Si, fundado por Carlos Maraví, el diario Buenos Días, que tenía la peculiaridad de llevar dos diarios en uno (Diario amanecer´, por el anverso y Monos y monadas´ por el reverso), el diario Gestión, de contenido dedicado a los negocios y economía, el periódico Cambio, dirigido por Yehude Simon.

El periodismo libre alcanzó gran desarrollo, hasta que se produjo la dictadura del General Velasco. El 26 de julio de 1974, su gobierno mediante el uso de la policía ocupa sorpresivamente todos los diarios de Lima: "El Comercio", "La Prensa", "Ojo", "Correo", "Última Hora" y "Afición", apropiándose de éstos e imponiendo nuevos editores.
No fue hasta 1980 que, al retornar a la democracia al Perú, pudo restablecerse en el país la libertad de expresión y devolverse los diarios a sus legítimos dueños.
Precisamente fue la noche del 28 de julio de 1980 el día en el que retornaron los dueños de los periódicos a sus antiguos despachos. Entre ellos podemos encontrar a: Alejandro y Aurelio Miró Quesada en El Comercio, Guillermo Cortez Núñez en Expreso, Enrique Agios en Correo, etc.
La prensa diaria de circulación nacional volvió a la normalidad de la propiedad privada como lo habían hecho antes la radio y la televisión.

EL PERIODISMO PERUANO ENTRE 1980 Y EL 2000

En 1980 el presidente Fernando Belaunde Terry, en su primer acto de gobierno, devolvió al país la libertad de prensa. Fue esta prensa libre y competitiva la que tuvo que transmitir, con inevitable desconcierto inicial, los hechos terroristas protagonizados por Sendero Luminoso que hizo su primera aparición oficial ese mismo año. Así pues, la violencia estalló en un período de democracia y de prensa libre. El periodismo no tuvo una etapa de calma noticiosa para pasar de los moldes impuestos por el gobierno militar hacia la libertad de expresión. Hubo espacios de transición en la TV como los programas Contacto directo de Alfredo Barnechea (canal 4, 1977-1980) o Pulso en canal 5, pero ellos privilegiaron la entrevista y el debate sobre el reportaje, formato periodístico que será el de más impacto en la etapa de la historia peruana que la CVR investiga. Los medios devueltos a sus propietarios tuvieron que aprender a competir con los recién fundados, mientras cubrían sus mayores retos noticiosos: no sólo informar sobre los avances subversivos y la lucha contrasubversiva, sino seguir las pistas de intrincadas redes de narcotráfico, denunciar el crecimiento de la corrupción gubernamental y registrar explosivos motines carcelarios. la prensa tenía un carácter centralista. Difícilmente atendía aquello que ocurría en el interior del país y menos, todavía, lo que sucedía en las zonas más pobres como Ayacucho, donde dieron los primeros actos terroristas. Así pues, el retorno a la democracia significó que lo medios, en especial de la televisión, incluyeran en sus programaciones los programas enlatados internacionales, de tal manera que se continuó con la tendencia del gobierno militar de ocultar las problemáticas y demandas sociales de los más excluidos.


Se crea el Colegio de Periodistas del Perú, el cual llegó a contar con 2,430 periodistas en todo el Perú y 1,380 sólo en Lima.
También se recuerda los sucesos en Uchuraccay en el año 1983, con el asesinato de un grupo de ocho periodistas, miembros de diferentes diarios, y también poco después el de Jaime Ayala Sulca, corresponsal del diario La República´, todos ellos en el contexto de la guerra interna que significó la subversión con Sendero Luminoso´ en Ayacucho.
En el aspecto político, el Sistema Nacional de Comunicación Social, que era un órgano de control sobre los medios en el Perú, se crea en 1981, así como la ARTP, la Agencia Andina, y se da la Ley Antiterrorista, que aplicaba penas graves a aquellos comunicadores que hacían apologías a la subversión.

En los 85 y 90, el periodismo tiende al sensacionalismo y a la violencia, se da la ley para difundir propaganda política en elecciones.
Por otro lado, en los 90s, el periodismo escrito tiene una gran crisis en ventas, puesto que predominaba la TV como medio de comunicación. Para contrarrestar esto y atraer a la gente, los diarios se dedicaron a captar el sensacionalismo y noticias amarillistas´.

La Prensa Chicha
En la década de 1990, el gobierno de Alberto Fujimori y de Vladimiro Montesinos, encabezó una corrupción organizada que alcanzó a todas las instituciones y estamentos de la sociedad. Todo tenía un precio y no se dudó en llegar al asesinato, la tortura o la extorsión para alcanzar nefastas metas. En este turbio ambiente floreció la llamada prensa chicha a cargo de periodistas´ que se enriquecieron gracias al dinero que Montesinos les entregaba, desde el SIN, para que obedecieran ciegamente sus órdenes. T odo esto que se remarcaba en grandes titulares, iba arropado por noticias de la farándula lo más vulgares posibles, y notas policiales y deportivas. Estos diarios tenían nombres pintorescos: EL tío, El Chino, La Chuchi, etc. y su mayor número de lectores corresponde a los sectores socioeconómicos C y D. En el siglo XXI, y más allá del pesimismo de diversas personas sobre el futuro de la prensa escrita, ésta se proyecta con paso firme y tecnología cada vez más sofisticada. Cobran cada vez más importancia instituciones como la Sociedad Interamericana de de Prensa (SIP), el Instituto Internacional de Prensa (IPI), el Grupo de Diarios América y, en nuestro medio, el Consejo de la Prensa Peruana. Su tarea fundamental, obviamente, es defender la libertad de prensa, y también preservar la ética periodística y promover mecanismos de seguridad que protejan la vida de los periodistas, sobre todo en zonas de conflicto bélico.
En esta época se acentuó un aumento notable del sensacionalismo en un sector de la prensa escrita y de televisión. Grandes titulares, páginas enteras dedicadas a casos policiales, muchos minutos de la TV dedicados a episodios violentos, y con frecuencia sangrientos, se hicieron ya habituales a pesar de las protestas de parlamentarios, dirigentes de la Iglesia, medios de comunicación, Colegios de abogados.
En julio de 1988 los periodistas se vieron obligados a olvidar diferencias para organizar una gran marcha de protesta por las continuas agresiones policiales a los reporteros, problema que no puedo ser resuelto pese a las disculpas y promesas del gobierno.
Alberto Fujimori al asumir el cargo de Presidente el 28 de julio de 1990 aseguró enfáticamente que respetaría y promovería la más amplia libertad de prensa, tal como lo hicieron sus antecesores en el cargo. Y, al igual que ellos, no sólo consintió severos desequilibrios sino que dio pasos en contrario, a favor del recorte del derecho a la libertad de expresión.
Al iniciarse la última década del siglo, la crisis que sacudía a la sociedad peruana hacía aparentemente hostil el oficio de comunicador social. Sin embargo, miles de jóvenes demandaban más vacantes para estudiar y desarrollarse como bueno comunicadores.
Ser periodista significará enfrentar retos probablemente mayores a los descritos y sobre los que no tenemos experiencia ni respuesta.
Después de que gracias a la exhibición de los videos que ponían en evidencia la corrupción que se había tejido dentro del gobierno de Alberto Fujimori, podemos afirmar que la prensa jugó un papel preponderante, sobre todo Canal N; puesto que los demás canales de televisión y noticieros gozaban de poca credibilidad debido a que habían estado sometidos a los mandatos de Montesinos.
En el gobierno de transición se estabilizaron un poco más la cosas y en el lapso del presidente Alejandro Toledo se dieron una serie de cambios en los dirigentes de los canales, en la programación en general, y se trató de limpiar a la televisión de aquellos rezagos de corrupción que evidentemente quedan en el país.


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