lunes, 30 de mayo de 2011

LA RADIO



Descubrimiento de las ondas electromagnéticas de la radio
Las bases teóricas de la propagación de ondas electromagnéticas fueron descritas por primera vez por James Clerk Maxwell en un documento dirigido a la Royal Society (1873) titulado Una teoría dinámica del campo electromagnético, que describía sus trabajos entre los años 1861 y 1865: su teoría, básicamente, era que los campos eléctricos variables crean campos magnéticos variables, y viceversa, que los campos magnéticos variables crean campos eléctricos variables con lo que unos u otros crearán a su vez nuevos campos eléctricos o magnéticos variables que se propagarán por el espacio en forma de campos electromagnéticos variables sucesivos los cuales se alejarán en forma de ondas electromagnéticas de la fuente donde se originaron.
Heinrich Rudolf Hertz, en 1888, fue el primero en validar experimentalmente la teoría de Maxwell, al idear como "crear" artificialmente tales ondas electromagnéticas y como detectarlas y a continuación llevando a la práctica emisiones y recepciones de estas ondas y analizando sus características físicas demostrando que las ondas creadas artificialmente tenían todas las propiedades de las ondas electromagnéticas "teóricas" y descubriendo que las ecuaciones de las ondas electromagnéticas podían ser reformuladas en una ecuación diferencial parcial denominada ecuación de onda.
El dispositivo que diseñó para producir ondas electromagnéticas consistía en dos barras metálicas del mismo tamaño alineadas y muy próximas por uno de sus extremos y que terminaban en una bola metálica por el otro; sobre una de estas barras eran inyectados "paquetes de electrones" a muy alta tensión que a su vez eran extraídos de la otra barra; los intensos cambios en el número de electrones que esto provocaba en las barras daba origen a descargas de electrones de una a otra barra en forma de chispas a través del estrecho espacio que las separaba, descargas que se producían de una forma que se podría calificar de elástica u oscilante ya que tras una "inyección" de electrones en una barra se producían descargas alternadas de electrones de una a otra barra cada vez de menor intensidad hasta desaparecer al fin por las resistencias eléctricas.
Estos cambios alternantes en el número de electrones que tenía cada barra hacía que a lo largo de ellas se propagaran variaciones de la carga eléctrica lo que originaba campos eléctricos variables de signo opuesto en torno de ellas. Tales campos eléctricos variables daban origen a campos magnéticos variables y éstos a nuevos campos eléctricos variables con lo que se producían ondas electromagnéticas que se difundían desde esas barras.
Las "inyecciones" y "sustracciones" de "paquetes de electrones" se conseguían mediante intensos impulsos eléctricos provocados por una bobina de un gran número de espiras que tenía sus extremos unidos cada uno a una de las dos barras y que tenía otra bobina de un pequeño número de espiras concéntrica a ella. Esta segunda bobina recibía breves impulsos eléctricos en baja tensión que inducía a la bobina de gran número de espiras la cual los transformaba en impulsos de muy alta tensión.
El receptor era una barra metálica de forma circular y con sus dos extremos muy próximos uno de otro; la longitud de esta barra estaba calculada para que fuera resonante a los campos magnéticos variables originados en las barras emisoras; las corrientes de electrones provocadas en tal barra receptora por los campos magnéticos variables que captaba causaban pequeñas descargas de electrones entre sus extremos, descargas que eran visibles en forma de chispas.
Hertz dio un paso de gigante al afirmar y probar que las ondas electromagnéticas se propagan a una velocidad similar a la velocidad de la luz y que tenían las mismas características físicas que las ondas de luz, como las de reflejarse en superficies metálicas, desviarse por prismas, estar polarizadas, etc., sentando así las bases para el envío de señales de radio.
Como homenaje a Hertz por este descubrimiento, las ondas electromagnéticas pasaron a denominarse ondas hertzianas.
Artículo principal: Primera transmisión radiofónica
La Nochebuena de 1906, utilizando el principio heterodino, Reginald Fessenden transmitió desde Brant Rock Station (Massachusetts) la primera radiodifusión de audio de la historia. Así, buques en el mar pudieron oír una radiodifusión que incluía a Fessenden tocando al violín la canción O Holy Night y leyendo un pasaje de la Biblia.
Las primeras emisiones públicas de radio tienen lugar por primera vez en el año de 1912, a raíz de la proliferación de señales de radio provenientes, en especial, del transporte marítimo y de las estaciones terrestres de comunicación. Muchos teóricos dicen que la radio pública se originó como consecuencia de las enormes dificultades de comunicación evidenciadas durante el hundimiento del Titanic (12 de abril de 1912), ya que éste trató de comunicarse durante tres días sin lograr una respuesta eficaz de las embarcaciones o puertos cercanos, haciendo que, una vez ocurrida la tragedia, se crearan ciertas reglas de emisión radiofónica para cada país, todo ello con el fin de lograr un sistema de comunicaciones más eficiente.

Las primeras transmisiones para entretenimiento regulares, comenzaron en 1920 en Argentina. El día 27 de agosto desde la azotea del Teatro Coliseo de Buenos Aires, la Sociedad Radio Argentina transmitió la ópera de Richard Wagner, Parsifal, comenzando así con la programación de la primera emisora de radiodifusión en el mundo.2 Su creador, organizador y primer locutor del mundo fue el Dr. Enrique Telémaco Susini. Para 1925 ya había doce estaciones de radio en esa ciudad y otras diez en el interior del país, los horarios eran breves y muchas veces entrecortados, desde el atardecer hasta la medianoche.
La primera emisora de carácter regular e informativo es la estación 8MK (hoy día WWJ) de Detroit, Míchigan (Estados Unidos) perteneciente al diario The Detroit News que comenzó a operar el 20 de agosto de 1920 en la frecuencia de 1500 kHz., aunque muchos autores opinan que es la KDKA de Pittsburg que comenzó a emitir en noviembre de 1920, porque obtuvo una licencia comercial antes que aquélla.
En 1922, en Inglaterra, la estación de Chelmsford, perteneciente a la Marconi Wireless, emitía dos programas diarios, uno sobre música y otro sobre información. El 4 de noviembre de 1922 se fundó en Londres la British Broadcasting Corporation (BBC) que monopolizó las ondas inglesas.
En 1920 le son asignadas, por primera vez, algunas frecuencias exclusivas a las estaciones de radio de Estados Unidos. A partir de este año empiezan a nacer diferentes estaciones, así como a aparecer las primeras cadenas radiales, las cuales operaban con distintas estaciones en diferentes partes de un mismo país; sin embargo, en esta época eran los gobiernos los que más utilizaban la radio, ello debido al poder y al alcance masivo que ésta tiene.
En 1922 nace la radio comercial, cuyo fin, inicialmente, era el de emitir cuñas publicitarias, pero tan sólo un año más tarde se empiezan a emitir programas de narraciones e historias, descubriéndose que lograban una gran audiencia. En 1932 aparecen los discjockeys y, con ellos, los estribillos (los famosos jingles) para los comerciales cantados.
Cuando apareció la televisión, en 1948, se pensó que la radio iba a acabarse, sin embargo esto no sucedió, sino que, por el contrario, se hizo cada vez es más fuerte, pues, hasta hoy, ésta llega a un sinnúmero de personas que no pueden ver ni leer, así como a otras tantas que, en sus labores cotidianas, buscan en ella compañía.
Fue el presidente Miguel Abadía Méndez quien inauguró, en 1929, la primera radiodifusora en Colombia, llamada HJN. Unos meses más tarde nace, con el nombre de La Voz de Barranquilla, la primera emisora en Barranquilla (la infraestructura necesaria para mejorar las comunicaciones había sido instalada, en el año de 1923, por la empresa Marconi Wireless Co, la cual fue, durante veinte años, la única empresa en el país que llevó a cabo esta tarea).
La primera emisora comercial en el país nace en 1931 (su nombre era HKF). A partir de ese momento nacieron muchas emisoras comerciales, a la vez que se implantó la reglamentación que habría de controlarlas. Al principio, estas emisoras eran dirigidas por una sola persona, quien se encargaba de operarlas y, en general, de llevar a cabo todas las tareas que exigía cada una de ellas, de tal suerte que éstas funcionaban intermitentemente, dependiendo de la disponibilidad de tiempo y recursos de sus dueños, lo cual hizo que las emisoras comenzasen a hacer, por su cuenta, cuñas radiales, las cuales, a pesar de su falta de profesionalismo, se convirtieron en el medio preferido de las marcas para hacerse conocer.
Lo anterior dio lugar a una lucha entre la radio y la prensa, hasta el punto de que ésta última logró que, en 1934, se emitiese un decreto que prohibía a las emisoras radiales leer las noticias publicadas por los periódicos, lo cual sólo podía hacerse doce horas después de que éstos hubiesen sido publicados. No obstante, el auge de la radio, debido a su capacidad de inmediatez y a su agilidad, era evidente, haciendo que a los medios escritos no les quedase otra opción que la de negociar al ver el gran interés que el gobierno tenía en este nuevo medio. Este crecimiento se dio sobre todo entre 1935 y 1940, años en los que se importaron modelos radiales de Estados Unidos y en los que la inversión por parte de la empresa privada y del sector público en los medios radiofónicos era cada vez mayor.
Ante estas nuevas condiciones, los dueños de las emisoras, quienes hasta entonces lo hacían todo solos, buscaron organizar sus estaciones de una manera empresarial para darle más calidad a los programas, además se comenzó a transmitir diferentes encuentros deportivos en vivo, más horas de programación con obras humorísticas, así como los llamados programas especiales, que se hacían para cubrir los acontecimientos más importantes.
En 1935, debido a la caída del avión de Scadta en la que murió el cantante Carlos Gardel. se inaugura el género del radioperiodismo, pues todas las emisoras mandaron reporteros al lugar de los hechos para que, telefónicamente, se contactaran con las estaciones y narraran lo que estaba sucediendo.
En 1936, como consecuencia de la violencia bipartidista que se vivía en todo el país, el gobierno prohíbe a las emisoras narrar noticias políticas, sancionándose a todas aquellas que incumpliesen la ley.
Tres años más tarde, en los albores de la Segunda Guerra Mundial, comenzaron a llegar, a través de las señales de onda corta, mensajes provenientes de Alemania y de otros países que hablaban sobre la inminente guerra, lo que hizo que Latinoamérica entendiese el gran poder que tenía la radio a nivel mundial, aun a pesar de no haber participado directamente en la contienda. Dicho poder se evidenció en Colombia cuando, en 1948, es asesinado el líder político Jorge Eliécer Gaitán, lo cual desató un caos sin precedentes en la historia del país, lo que hizo que las emisoras buscasen entretener y orientar a las personas frente a la guerra, de tal manera que terminaron por agilizar y profesionalizar su estructura radial.
En 1945 aparecen las primeras emisoras culturales y, por la misma época, las cadenas radiales RCN, Caracol y Todelar, las cuales, hasta el día de hoy, siguen luchando entre ellas por conseguir la mayor audiencia posible, además de seguir siendo las más importantes.
En 1980, muchos géneros radiales, como las radionovelas y los programas de humor, comenzaron a desaparecer, pues se creía que eran géneros más aptos para la televisión.
En la actualidad, con el auge de los nuevos medios, la radio sigue trabajando para mejorar su calidad. Las emisoras y cadenas transmiten música, charlas radiofónicas, programas culturales, noticias y deportes. La radio sigue siendo uno de los medios masivos más importantes, pero, sobre toso, el más ágil e inmediato para conocer lo que está sucediendo. Es un medio que llega a donde otros no.

miércoles, 25 de mayo de 2011

LOS GENEROS PERIODISTICOS.

TEMATICA.


La Nota Informativa
La Crónica
 Segmentos narrativos:
 Segmentos descriptivos:
 Segmentos comentativos:
 Escenas dialogadas:
 Indirecto
o La Entrevista
o La Opinión
 El editorial
 La columna
 La reseña y la crítica

La teoría de los géneros periodísticos tiene su origen en la tradición de los géneros literarios, pero su evolución no depende de la literatura sino de su propio desarrollo como medio de comunicación de masas. La vieja teoría de los géneros literarios era normativa y prescriptiva, es decir, marcaba unas normas muy rígidas sobre cómo se debía escribir, basándose en la idea de que los géneros eran formas exigidas y predeterminadas por la naturaleza. En cambio, las nuevas teorías de los géneros son descriptivas, de forma que no parten de un número cerrado de géneros ni dictan reglas de escritura a los autores. Los géneros aparecen cuando en un diario se observa la posibilidad de utilizar el lenguaje de diversas formas. Su nacimiento está vinculado a la prensa escrita y después se traslada, casi sin modificaciones, a la radio y televisión. En la prensa escrita, su configuración de los géneros es fruto de la evolución del periodismo:
Primera etapa periodismo ideológico: afecta a la prensa de partidos, presente desde la segunda parte del s. XIX hasta el inicio de la Primera Guerra Mundial (1914). Esta prensa presentaba una fuerte carga en las informaciones, no solo políticas, sino también ideológicas y predominaba un ánimo doctrinal. Este tipo de prensa influiría en lo que ahora son los artículos de opinión.
Segunda etapa periodismo informativo: aparece en el último tercio del s.XIX (alrededor de 1870) como un fenómeno definido y perdura hasta la Segunda Guerra Mundial (1936). Aparece de alguna manera para hacer frente a la prensa sensacionalista. En un futuro daría lugar a la Tercera etapa periodismo de explicación: aparece después de la Segunda Guerra Mundial, donde nos encontramos con un mundo más complejo que necesita una explicación y también debido a la competencia que implicaba la inmediatez de la radio y la televisión. Como consecuencia, surgirían el reportaje y la crónica.

En general, podemos decir que los géneros periodísticos guardan una estrecha relación con el objetivo final del comunicador. Estos objetivos pueden ser tanto informar, como interpretar (opinar) o, simplemente, entretener.
El periodismo informativo incluye tanto noticias como reportajes (entrevistas), tambien investigaciones y crónicas.
Este tipo de periodismo intenta poner en conocimiento de los lectores acontecimientos que han sucedido o que podrían llegar a suceder. Los recursos utilizados mas frecuentemente tienen como misión generar un efecto de objetividad y una pretendida ilusión de verdad y fidelidad respecto del evento. Entre estos recursos podemos identificar, entre otros:
• Citas textuales
• Descripciones físicas de personas y lugares
• Escenas dialogadas
El objetivo de estos recursos es siempre fortalecer en el lector la certidumbre de credibilidad. Esto no quiere decir que el acontecimiento relatado sea falso y se necesite simular la veracidad, sino que se trata de un código entre el periodista y el lector en el que se sobreentiende que el contenido de la noticia es "información" y no ficción, deseo o puntos de vista.
El periodismo de opinión se refleja en editoriales, columnas, comentarios deportivos, críticas literarias o de espectáculos. En este caso, tanto el diseño como su titular suelen tener un aspecto bastante diferente, incluso incluye el rótulo de "critica" o "opinión". Incluso en algunos medios, estos textos son exclusivos de personalidades o especialistas. Hay un aspecto ético a tener en cuenta respecto a los artículos que incluyen opiniones: esta deberá ser consignada directamente y sin la intencionalidad de confundir al lector. Esta actitud frontal no siempre esta presente en todos los M.C.S.
Los editoriales, conforman un aspecto del periodismo de opinión que involucra al medio periodístico. En este caso, la interpretación no parte de un periodista en particular sino de la empresa periodística (el periódico, la revista o el canal de TV).
El periodismo de entretenimiento puede observarse tanto en dibujos humorísticos como en historietas, juegos, entretenimientos y literatura. Gran parte del periodismo de entretenimiento surge de una reelaboración de la realidad y en muchos casos refleja la postura editorial del medio.
La Nota Informativa
Las notas informativas parten de los acontecimientos que se consideran noticia y constituye el género básico de los géneros periodísticos.
¿Cómo debe ser redactada una nota informativa? Estas son las principales relgas que debemos tener en cuenta:
1. Síntesis incial: la noticia se redacta en el primer párrafo. En estas primeras líneas se debe responder las preguntas clásicas:
• ¿Quién?
• ¿Qué?
• ¿Dónde?
• ¿Cuándo?
• ¿Cómo?
2. Economía: aportar el mayor número de datos utilizando el menor número de palabras
Posibles. Debe ser conciso y claro, evitando los adornos innecesarios y giros poéticos.
3. Objetividad:
• Nunca se deberá escribir en primera persona.
• No abusar del uso de adjetivos y/o advervios
4. Simplicidad:
• Evitar palabras no usuales o técnicas (ej:"lóbrego", "estigma". "inefable", etc.)
• Evitar las redundancias ("historia pasada", "grave peligro", "memorioso recuerdo", etc.)
• Evitar construcciones largas o complejas.
6. Coherencia: Nunca cambiar el tiempo verbal en medio de una nota. El tiempo preferible es el preterito y salvo excepciones no es conveniente recurrir al tiempo presente.
La Crónica
La palabra crónica deriva del griego "cronos" que significa "tiempo". De allí que la "crónica" es un relato detallado de los acontecimientos. Se diferencia de la noticia porque lo que cuenta al principio es el final, es decir, empieza por el desenlace y luego sigue con los acontecimientos de acuerdo a como fueron desarrollándose temporalmente.
Variantes en el armado de una crónica:
1. Pirámide normal: Siguiendo al pie de la letra el armado cronológico. En este caso el relato crece hasta el desenlace.
2. Martillo: Resume la información principal en las primeras líneas y luego relatando secuencialmente los hechos.
Algunos autores creen que la crónica era el género periodístico privilegiado hasta que el formato pirámide invertida (la noticia breve) invadió las redacciones de los EEUU por considerar que es un estilo mucho más ágil. Actualmente, en el periodismo latinoamericano, la pirámide invertida se ha convertido en el género periodístico por excelencia, aunque sigue usándose la crónica cuando la pirámide invertida resulta insuficiente.
Las partes de la crónica
Las crónicas se arman combinado diferentes elementos, estos son:
Segmentos narrativos:
Se dedican a los acontecimientos que pueden ser considerados procesos y ponen el acento en el aspecto temporal del relato. Esto hace que predomine el tiempo preterito ("Martín Friedelmeier fue nombrado interventor del Museo del Libro") y el presente histórico ("Encuentran valiosos ejemplares del siglo pasado que no habían sido catalogados en los inventarios del Museo del Libro").
Segmentos descriptivos:
En este caso, el texto se detiene sobre objetos y seres dejando de lado el aspecto temporal. El proceso es descripto como un espectáculo y el objetivo es justificar el porqué de los acontecimientos así como también la psicología de los personajes implicados. Por otra parte, los segmentos descriptivos colaboran en la creación de la idea de que el periodista estuvo presente físicamente en el momento en que el acontecimiento tenía lugar ("Sentado en el escritorio de madera, maltratado por las inoperantes administraciones que se han sucedido durante los últimos 40 años, el joven funcionario con un gesto soberbio, trata de encontrar los papeles que habrían dejado sus predecesores. En rigor, el museo no es antiguo pero todo parece viejo, las paredes muestran visibles manchas de humedad, las telarañas se esperecen por todas las esquinas posibles y los inventarios, escritos a pluma en registros amarillentos, se encuentran incompletos y desorganizados.")
Segmentos comentativos:
Son conectores que aseguran un relato coherente. Algunos de los más comunes son: "por otra parte", "sin embargo", "además", etc. Este tipo de recursos permiten crear la ilusión de que el cronista participa de los hechos desde el mismo lugar en que estos ocurren.
Escenas dialogadas:
Estos segmentos refieren a lo que otros dijeron y pueden incluirse en una crónica a través de:
Discurso directo:
"Iniciaremos un plan para remodelar el museo", explicó el joven funcionario.
En este caso se utilizan comillas para colocar el texto de manera tan exacta como se cree que fue dicho originalmente. Este estilo se utiliza cuando es necesario incluir una cita textual para dar un efecto de veracidad y mayor proximidad con el personaje.
Discurso indirecto:
El joven funcionario afirmó que inciarían un plan para remodelar el museo.
El periodista relata los dichos por el protagonista de la noticia en los casos que se considereirrelevante citar textualmente. Este procedimiento facilita el resúmen de la información.
El estilo indirecto requiere algunas transformaciones verbales, adverviales y pronominales. Aunque esto resulte obvio en aquellas personas que poseen un buen dominio del lenguaje, creemos oportuno puntualizar algunas de las más frecuentes:
Directo
Mi
Mañana
Nosotros
Ahora
Haré / Voy ha hacer
Hago
Hice
Yo
Acá
Indirecto
Su
Al día siguiente
Ellos
Entonces
Haría
Hizo
Había hecho
Él
Allá
Discurso narrativizado:
El equipo a cargo del joven funcionario iniciará un plan para remodelar el museo.
En este caso el periodista asume los dichos pronunciados como un hecho. Desaparece el verbo que refiere (dijo, explicó, mencionó, afirmó, etc) lo que da más fuerza al narrador que incluye como propios los dichos del personaje.
La Entrevista
La entrevista, aparentemente reproduce una conversación entre entrevistador y entrevistado. Sin embargo, no se trata de una charla casual aunque muchas veces logre crear la ilusión de hacer testigo al lector de un encuentro entre dos personas significativas socialemente. Una entrevista es el resultado de un proceso compuesto de distintas instacias en el que el diálogo con el entrevisado es sólamente uno de varios pasos.
Los pasos de una entrevista :
1. Preparación:
El primer paso es elegir al entrevistado entre la totalidad de personas entrevistables.
2. Conversación:
En este momento se produce un diálogo en el que el periodista (entrevistador) es quien orienta el encuentro. Él debe ser quien va trazando, a lo largo de la entrevista, los ejes que tendrá la futura nota.
3. Escritura:
No se trata sólamente de transcribir textualmente las palabras del entrevistado, sino que supone un acto creativo. El material hablado durante la entrevista (posiblemente grabado) deberá adquirir un nuevo orden, ser seleccionado o recortado, y realizar una adpatación conveniente que permita crear la ilusión de una conversación en vivo.
Una entrevista consta de varias partes. El titular, que resume un aspecto o una declaración del entrevistado, el copete, que es una síntesis que introduce el eje central de la entrevista, puede incluir una descripción del entrevistado y algunas frases dichas por el y finalmente el cuerpo de la entrevista que suele estar bajo el formato de pregunta-respuesta. A menudo el cuerpo de la entrevista esta precedido de un breve relato que introduce la información.
Cuando una entrevista es publicado utilizando el concepto: pregunta-respuesta (a veces llamado reportaje), se asemeja a una puesta teatral ya que se escenifica la situación, al igual que el teatro se indica entre paréntesis los estados de ánimo y exclamaciones que tuvieron lugar a lo largo del diálogo con el entrevistado.
4. Publicación:
Finalmente, en esta etapa, es el medio el que reproduce la entrevista quien tiene el poder. Puede modificar los titulares, variar el espacio asignado, destacarlo o no, etc.
La Opinión
Los periodistas dan su opinión sobre temas diversos de la actualidad, a menudo esto se hace a través de columnas y artículos. Muchs veces, la opinión esta a cargo de un especialista que es un conocedor del tema, como por ejemplo los comentarios deportivos o la crítica de espectáculos.
Cuando el objetivo del texto es el de dar una opinión, se supone que se debe dejar en claro que no trata de información objetivo: no es ético engañar al lector, tratando de influir en su modo de pensar de manera solapada. Por ejemplo, en un artículo aparentemente informativo sobre la desocupación, agregar un parrafo que diga "la dura realidad ecónomica de las familias del conurbano no se verá favorecida por leyes redactadas a corde con las ambiciones de los empresarios", porque sería plantear un punto de vista. De allí que los textos de opinión suelen estar enmarcados de un modo especial o en una tipografia diferente, a menudo se subtitulan como "opinión" o "editorial".
El editorial
El editorial es el género mediante el cual la publicación (el diario, la revista) da a conocer sus puntos de vista sobre ciertos acontecimientos de la realidad actual. Suele aparecer en un sitio fijo y no suele estar firmado, ya que la empresa es la que se responsabiliza por la publicación.
Los editoriales tienen un estilo sencillo, y su discurso es argumentativo, es decir, intentan convencer al lector de una hipótesis determinada recurriendo a ejemplos o comparaciones. También es frecuente utilizar invocaciones que involucran al lector como por ejemplo: "ud. Ya habra detectado que…" y recursos similares.
La columna
La columna es un espacio fijo y periódico en un medio. Generalmente está a cargo de un periodista, pero también puede ser escrita por un especialista como por ejemplo o médico o un deportista. Normalmente una columna tiene el objetivo de mostrar puntos de vista ante una noticia y pude expresar un punto de vista diferente al editorial
Columna de autor:
Generalmente identificadas con el nombre del periodista (a veces incluso hasta con su foto), están basadas en la idea de crear cierta complicidad entre el autor y el lector dadas por la familiaridad y la frecuencia con que aparecen sus comentarios.
Columna de tema:
En este caso no están a cargo de un solo columnista sino de varios que vierten su opinión sobre un mismo tema. El tema puede ser el deporte, las noticias internacionales o un suplemento de salud o cocina.
La reseña y la crítica
La reseña es un género que permite informar a la vez que realiza una crítica. Este género es muy utilizado en la crítica de espectáculos. El periodista, comenta brevemente la película y realiza luego una valoración.
La crítica especializada, consignada a un conocedor de un tema específico, realizada comentarios temas que requieren, de alguna manera una capacitación especial, por ejemplo, las críticas de ballet realizadas por Silvia Gsell en La Nación.
El Periodismo de Investigación
No existen razones para afirmar que la investigación se haya convertido en un nuevo género periodístico. Todo lo contrario, habría que coincidir con el novel colombiano de la literatura, Gabriel García Márquez, cuando aclaraba en un artículo que "la investigación no es una especialidad del oficio, sino que todo periodismo tiene que ser investigativo por definición..." (El Tiempo, Bogotá, 3-l2-95)
Sin embargo, lo cierto es que sobre todo desde hace poco más de dos décadas se viene hablando acerca de un llamado Periodismo de Investigación, al cual se atribuyen hoy quizás, tantas virtudes como defectos. ¿Existe un "periodismo de investigación"?, ¿si es así, qué características tiene?, ¿hasta qué punto puede ser útil en nuestro caso el estudio y asimilación de tales conceptos en nuestra teoría periodística?. Desde luego que no es posible adoptar una actitud crítica en el terreno teórico sin antes tratar de profundizar y esclarecer sus principales presupuestos.
En este caso, sin pretender un análisis exhaustivo de la génesis y evolución diacrónica de tal término, es importante remitirse como antecedentes más remotos a fines del siglo XIX en los Estados Unidos, cuando el buen periodismo parecía estar vinculado a la aventura, la previsión y presencia del reportero en los grandes acontecimientos que estremecían al mundo, la agilidad para penetrar en fuentes complejas y obtener al fin y al cabo la información perseguida, y la revelación de los resultados alcanzados a través de series de trabajos que causaron sensación en los primeros millones de lectores de periódicos. Luego, ya a principios del presente siglo, fueron los "muckrakers" (rastrilladores), calificados así por el presidente norteamericano Theodore Roosvelt, quien criticó a "los periodistas que según él imitaban al "rastrillador de estiércol" que rehúsa ver todo lo que es elevado en la vida y centra su atención sólo en lo que es vil y degradante". Sin embargo, no mucho tiempo después el término se convertiría en un elogio que distinguiría a aquellos que hurgaban en el trasfondo de los hechos hasta encontrar elementos no revelados de los mismos.
Décadas más tarde, la presencia masiva de la radio y el surgimiento de la televisión, durante los años cincuenta, dieron paso a su vez a una nueva etapa de mayor profundización en los contenidos de la prensa (escrita, sobre todo), mediante la investigación de los hechos de manera que facilitara su interpretación. Se desarrolla entonces el papel y formas nuevas del reportaje y otros géneros del periodismo destinados a informar y analizar las causas y consecuencias de los hechos, sus protagonistas y demás detalles no presentados necesariamente por los medios que ostentaban la ventaja de la inmediatez.
Pero no es hasta mediados de los setenta, con la publicación del libro Todos los hombres del Presidente, de Carl Bernstein y Bob Woodward, a raíz de sus famosos artículos sobre el llamado "escándalo Watergate" revelados por el Washington Post, que comienza a hablarse de un "periodismo de investigación" con nombre propio, y el afán de destituir presidentes y descaracterizar hombres públicos comienza a generalizarse como el sueño dorado de escolares y profesionales del periodismo, tanto en Estados Unidos como en la mayoría de los países de América Latina, principalmente. Vale decir que terreno propicio para ello, por otra parte, había más que suficiente.
2. ¿Qué se entiende por Periodismo de Investigación?
Para el común de sus cultivadores, éste se distingue del resto de las rutinas profesionales tradicionales fundamentalmente por la selección de determinados temas y su mayor profundidad en el tratamiento del objeto o asunto que se aborda, lo cual supone o es el resultado a su vez del empleo combinado de métodos y técnicas rigurosas de indagación en la búsqueda de los datos y, por supuesto, de un consumo de tiempo y otros recursos superior a la media del reportaje convencional. Autores como Robert W. Greene y Gerardo Reyes, entre otros, en un intento de definición, precisan que el periodismo de investigación es la reportería que se realiza a través de la iniciativa y el trabajo del periodista, sobre asuntos de importancia que algunas personas u organizaciones desean mantener en secreto. Los tres elementos básicos son: que la investigación sea el trabajo del reportero, no un informe sobre una investigación hecha por alguien más; que el tema de la información trate algo de razonable importancia para el lector o televidente, y que haya quienes se empeñen en esconder esos asuntos al público.
También William Gaines lo plantea en similares términos, cuando señala en su obra que "se considera historia investigativa: 1) aquella que es producto original del periodista, en contraposición a un informe sobre la investigación de una entidad pública; 2) aquella en la que haya existido algún intento de ocultar la información; 3) aquella que sea de importancia para el público."
Aunque la experiencia relatada por éstos y otros autores ( Scanella, Quesada, etc.) que han abordado el tema reconocen las ventajas de un trabajo en equipo y del empleo de distintas técnicas de investigación, la mayoría de ellos asume como válido el papel predominante del reportero individual y la condición de que los datos a manejar deben ser un resultado del esfuerzo propio. Ello podría llevar a la idea de excluir importantes procedimientos indagatorios que se apoyan en el trabajo y la opinión de expertos u otros investigadores que a menudo suelen constituirse en valiosas fuentes de información para el reportero, dispuestas por lo general a colaborar en forma desinteresada con éste.
El interés social del tema, condición inobjetable, no puede conducir sin embargo al criterio de que todo lo que atrae la curiosidad y atención del público debe ser tratado por la prensa. No podemos coincidir con Reyes cuando admite como idea generalizadora que
La gente busca información para satisfacer una amplia variedad de necesidades. Una de ellas es la de conocer las acciones u omisiones de sus gobernantes, legisladores, jueces y militares, de los comerciantes e industriales que dominan el sector económico de la nación, de los banqueros que tienen en sus manos el dinero de miles de familias y empresas y, en general, de las personas que participan de algunas maneras en el manejo de los destinos de su ciudad o país.
El público quiere saber qué pasa con sus impuestos, a dónde va a parar el dinero de las privatizaciones y de las bonanzas, y cómo está cuidando el Estado los recursos naturales; quiere enterarse sobre la integridad moral de sus gobernantes, si tienen relaciones con narcotraficantes o mafias de juego y el contrabando y, sobre todo, quiere saber quién lo engaña. Al mismo tiempo, el lector busca chismes en el periódico para satisfacer su curiosidad personal sobre la vida privada de artistas, comediantes, grandes empresarios, deportistas y delincuentes famosos.
Por supuesto que hay límites que sitúan la ética, los intereses del país, la intimidad de las personas, y otros factores de política editorial, que no pueden dejarse de tener en cuenta, y que a la corta o a la larga podrían dar al traste con las posibilidades de que muchos temas abordados sin una valoración previa vean la luz pública.
Por último, suponer la existencia de intereses antagónicos con la fuente como condición de toda investigación periodística convierte en esencial un rasgo que puede ser y es sin duda ocasional, dependiente más bien de las características de determinados sistemas sociales y temas que de las complejidades de muchos asuntos que la prensa debe abordar con enfoque científico, y en los cuales a menudo sus principales fuentes de información podrían estar tan interesadas como el reportero en un buen tratamiento periodístico.
En síntesis, al valorar de conjunto el Periodismo de Investigación podemos subrayar como rasgos positivos los siguientes:
• La necesidad de un despliegue constante de iniciativas y habilidades profesionales para la búsqueda y solución de nuevos temas o aspectos de determinados temas en ocasiones desconocidos, pero esenciales.
• Una concepción integral y estratégica del trabajo con las fuentes de información y ulterior presentación de los resultados, a través de una serie o conjunto de trabajos periodísticos.
• Un aprovechamiento adecuado de las amplias posibilidades que se abren al periodista con la introducción de las modernas tecnologías de la comunicación e información.
A su cuenta negativa se ubicarían, por el contrario:
• El énfasis en los lados obscuros de la vida, las personas y los hechos.
• La incursión frecuente en facetas de la vida íntima de las personas y adopción de una postura hipercrítica de la actividad de las instituciones públicas, asumiendo papeles de jueces y fiscales de la conducta ciudadana.
• Una concepción antagónica de las relaciones entre el periodista y las fuentes y protagonistas de muchos hechos que trata.
De todo ello se desprende que asumimos el Periodismo de Investigación como una propuesta válida, es decir, como una posible actitud y acción profesional ante los hechos, con rasgos específicos propios que lo separan del trabajo de reportaje convencional, apremiado por la inmediatez y facilitado por los necesarios lugares comunes de la cotidianeidad. Sería un error, sin embargo, asumirlo sin una posición crítica ante sus lados opuestos a toda ética y deontología profesional.
3. Principios y pasos para la realización del Periodismo de Investigación
Teniendo estas observaciones en cuenta, una concepción propia del Periodismo de Investigación podría partir a nuestro juicio de los siguientes criterios:
1. Selección y enfoque: de temas o problemas complejos, que requieren el conocimiento y la atención y participación de la opinión pública y las instituciones, partiendo del interés social.
2. Intencionalidad: supone como premisas determinado grado de esclarecimiento previo acerca de la comunicabilidad de los resultados y su impacto en la opinión pública, con fines que pueden ir desde la información o explicación esclarecedora y la corrección o rectificación de deficiencias o irregularidades cometidas, hasta la orientación y movilización colectiva hacia determinadas acciones institucionales o masivas, encaminadas a la solución parcial o total del problema.
3. Objetividad: es decir, la búsqueda de la verdad objetiva que subyace a veces bajo el aspecto superficial o la primera impresión que nos producen --o se nos propone sobre-- los hechos. Ello supone ir a las esencias con incansable actitud analítica y crítica.
4. Enfoque científico integral y estratégico: del trabajo con las fuentes de información y en la aplicación de los diversos métodos y técnicas para la obtención de los datos que necesitamos. Incluye por supuesto las amplias posibilidades de la observación directa y participante, abierta o encubierta, en dependencia de las circunstancias; así como la consulta a todo tipo de fuentes que nos aporten referencias o datos útiles.
5. Normas y principios éticos: previstos por nuestro Código Profesional, en el cual se encuentran claramente definidos deberes y derechos del periodista y sus órganos de prensa en la sociedad, así como el tipo de relaciones a desarrollar entre éstos y las demás personas e instituciones.
6. Enfoque integral y sistémico de la estrategia comunicativa, partiendo de una adecuada comprensión de los procesos de comunicación en su cotidianeidad y continuidad de una parte, y de las potencialidades creadoras, el papel complementario y las características de los diferentes géneros periodísticos, de la otra.
Tomando como base estos criterios, no a manera de recetario, sino como normas que la experiencia aconseja asumir con toda flexibilidad, podrían resumirse los principales pasos a dar para llevar a la práctica el periodismo investigativo en nuestras condiciones particulares:
Primero : Concebir y elaborar un proyecto o plan previo, a partir de la selección del tema o problema a abordar, esclarecer sus premisas y precisar los objetivos o finalidad investigativa y comunicativa. En dicho proyecto quedarán previstas las principales técnicas de investigación a emplear, tiempo y recursos materiales y humanos necesarios, incluyendo su costo en determinados casos.
Segundo: Desarrollo de la investigación, aplicando las técnicas requeridas y combinando, en dependencia de las necesidades previstas u otras situaciones que pudieran presentarse: observación, entrevistas individuales, encuestas, consulta a expertos, trabajo en grupos, estudio documental y bibliográfico, consulta a fuentes informáticas, etc.
La obtención de información, por otra parte, en el caso de la investigación periodística tiene una doble condición: a) conduce a los resultados perseguidos en el orden indagatorio, tal y como ocurre en todo proyecto de esta naturaleza, b) aporta todo el material fáctico y de referencia, así como ilustraciones a emplear en los diferentes géneros, lo cual supone una elaboración sobre la marcha de la posible estrategia comunicativa a emplear en la presentación periodística de los resultados.
Tercero: Realizar un balance final de los resultados y proceder al ajuste definitivo de la estrategia comunicativa. Este paso pudiera dar lugar al criterio de que el material recolectado, contrariamente a las premisas definidas, no aconseja su publicación desde el punto de vista periodístico. En tal caso, quizás se recomiende su archivo definitivo o su entrega a determinadas instituciones, en cuyas manos pudiera tener alguna utilidad.
Cuarto: Elaborar el o los trabajos periodísticos empleando distintos géneros, teniendo en cuenta las posibilidades de su publicación en una o más ediciones o emisiones del órgano de prensa, según el caso. La estrategia debe prever el lugar que ocuparían posibles respuestas emitidas por instituciones o personas individualmente, como efecto o repercusión de los primeros trabajos; hechos de los cuales es muy importante mantenerse atentos, e incluso provocarlos en ocasiones en que sea recomendable.
La polémica es también una posibilidad en esta etapa, debido al surgimiento de criterios o datos opuestos o parcialmente diferentes a los expresados por el periodista o por alguna otra opinión vertida públicamente. Deberá estarse al tanto de todo y definirse oportunamente qué lugar darle o no dentro de la estrategia de comunicación.
Quinto: Controlar y evaluar parcial y finalmente los efectos o resultados logrados o promovidos por las acciones comunicativas en su conjunto, haciéndolo evidente en ocasiones de manera expresa y objetiva. Aquí es importante reconocer la actitud receptiva y el papel positivo de personas e instituciones en la solución de los problemas, extrayendo finalmente las mejores lecciones de todo el proceso.
De ello se desprende que, aunque en ocasiones pudiera haber casos de personas negligentes o responsables de algunos hechos o situaciones criticados por la prensa, lo fundamental es ir a las causas esenciales que le dieron lugar, sus consecuencias sociales y el papel de la opinión pública y la participación ciudadana e institucional, tanto en su origen como, sobre todo, en sus posibles vías de solución y esclarecimiento.
Tales pasos quedarían plasmados, como diseño de la investigación periodística, de acuerdo con los diferentes elementos que aconseja William Gaines en su obra, y que podemos resumir de la manera siguiente:
• Título: una idea básica y totalizadora del tema a abordar
• Tema: precisión sobre el problema que será objeto de investigación
• Necesidad: importancia o trascendencia e interés social del problema y significación posible de su publicación
• Alcance del estudio: delimitación de los marcos en que se desarrollará la investigación
• Métodos y técnicas que se pondrán en práctica para la investigación
• Fuentes: Relación de fuentes personales, documentales o institucionales
• Producción: géneros, ediciones, materiales a conseguir, etc.
No se trata, por supuesto, de un esquema rígido, sino todo lo contrario. Partiendo de su papel básico como proyecto a valorar y decidir por el equipo de redacción, los promotores le harán las adecuaciones requeridas en cada situación, a fin de que sirva como sistema argumental y guía práctica de todo el proceso de realización de la indagación periodística y sus diferentes variantes de géneros como propuesta de estrategia comunicativa.
Como podrá apreciarse de todo lo antes dicho, al reconocer la existencia de un llamado "Periodismo de Investigación", no estamos hablando de un género periodístico específico; sino de una actitud, métodos y acciones profesionales ante determinados temas que por su complejidad e implicaciones deben ser objeto de una investigación más acabada y rigurosa; así como del empleo casi siempre combinado de variadas formas de presentación del material periodístico.
Es obvio, por otra parte, que la realidad no identifica cuándo corresponde tal actitud; sino que ese deslinde incumbe al periodista. Y vale decir que para el buen periodista, toda realidad siempre es compleja y requiere, por tanto, el máximo de rigor profesional. De ahí que por ello estemos de acuerdo con el principio planteado por el novel colombiano.
4. Bibliografía
--W. Gaines, Periodismo Investigativo para prensa y televisión, TM Editores, Colombia, 1996.
--P. Rodríguez, Periodismo de investigación, técnicas y estrategias, Barcelona, Paidós, 1994.
--G. Reyes, Periodismo de Investigación, Trillas, México, 1996.
--M. Quesada, La investigación periodística, Ariel, Barcelona, 1987.
--Revista Chasqui, No. 4l, 1993, Lima,
--UPEC, Documentos aprobados por el Séptimo Congreso de la Unión de Periodistas de Cuba, marzo de 1999.
--UPEC, Revista Enfoques

lunes, 16 de mayo de 2011

HISTORIA DE LA PRENSA DE LOS ESTADOS UNIDOS DE NORTAMERICA





La época colonial




Durante más de 150 años, los futuros Estados Unidos fueron colonias de población, más unidas a Inglaterra que entre ellas mismas. Así, la prehistoria de la prensa norteame¬ricana se desarrolló en la Gran Bretaña entre 1622, fecha de aparición del primer periódico inglés, y 1704 cuando apa¬reció el primer periódico norteamericano duradero.
En las sociedades rurales sólo se imprimía la información sobre el mundo exterior: para los pioneros, ésta se encon¬traba a semanas de barco de vela. Los primeros editores fueron encargados de correos que al mismo tiempo, como impresores, publicaban sin mucho orden recortes de periódicos londinenses atrasados. Pero incluso estos mediocres esfuerzos irritaban a los poderes establecidos: desde su nú¬mero inicial, El primer periódico en la historia de los Estados Unidos fue el “Public Occurrences”de Boston, que tuvo sólo un día de duración el 25 de septiembre de 1690, pues fue prohibido inmediatamente por las autoridades coloniales británicas. En esa mis¬ma ciudad, comercial y cultivada, apareció en 1704, con la bendición oficial, el News Letter de J. Campbell; después, en 1721, un verdadero periódico, bien escrito e independien¬te, el New England Courant, de James Franklin. Su hermano, el genial Benjamín, se fue a Filadelfia, para fundar el Pennsylvania Gazette (1729). Muy pronto la prensa apareció en Virginia y en Maryland.
Los impresores fueron relevados por una joven élite que, en la línea de la tradición inglesa, convirtió la prensa en un arma. Así, en Nueva York, los radicales utilizaron el Weekly Journal de J. P. Zenger contra un gobernador despótico.
Zenger fue encarcelado pero un jurado le absolvió (1735): el principio de la libertad de la prensa quedaba establecido. La actividad de las colonias se desarrolló y con ella los cen¬tros urbanos y también el servicio de correos. Los bi y tri¬semanales se multiplicaron. Se leían incluso fuera de las grandes ciudades, muy especialmente en los establecimien¬tos de bebidas.
La independencia
Una ley británica, la Stamp Act, que gravaba todos los documentos legales e impresos, desencadenó en 1765 la ba¬talla contra el autoritarismo y el mercantilismo de la Gran Bretaña, lanzando a la prensa a esa lucha Los periódicos «patriotas» difundieron las ideas revolucionarias. Los partidarios de Inglaterra pronto fueron silenciados por el populacho.
En 1776, las colonias declararon su independencia y, por primera vez en el mundo, un Estado —Virginia— proclamó en su Constitución el derecho a la libertad de la prensa. Sólo existían 39 periódicos. Después de la victoria, la joven nación se organizó. La idea de una confederación había sido considerada ineficaz, por lo que la Constitución de 1787 instauró un poder central fuerte; pero su ratificación sólo se obtuvo por sus partidarios prometiendo diez Enmiendas (la Declaración de Derechos, 1791). La primera es de una impresionante concisión: «El Congreso no promulgará nin¬guna ley que restrinja la libertad de palabra o la libertad de prensa…». Este artículo constituyó la base jurídica que hizo posible la expansión de los medios informativos en Estados Unidos2.
Comunicaciones mediocres, prensas de imprimir manua¬les, papel caro, público reducido: los periódicos no podían desarrollarse. Los almanaques anuales y los panfletos te¬nían mayor difusión que los efímeros periódicos, que rara¬mente tiraban más de 500 ejemplares. Sin embargo, una minoría adinerada tenía necesidad de informaciones comer¬ciales y marítimas: el primer diario que logró pervivir fue un periódico de anuncios, el Pennsylvania Packet and General Advertiser (1784).
La prensa políticamente comprometida
Desde el final de la guerra, la prensa patriota se había escindido. De cada cinco diarios, cuatro eran «federalistas» y al servicio de las gentes ricas: preconizaban el orden y el respeto de los contratos. Al contrario, «los demócratas-republicanos» defendían a los granjeros independientes y reclamaban el respeto de los derechos individuales. Sus pe¬riódicos respectivos se insultaban entre sí; aquella libertad de prensa entonces única en el mundo incurría en graves excesos. Jefferson tercer presidente de USA (1801)consideraba que en los diarios aparecían, sobre todo, mentiras. Sin embargo, jamás retiró lo que había escrito en 1787: «Si tuviera que decidir si debemos tener un gobierno sin periódicos, o periódicos sin gobierno, no vacilaría un momento en elegir la segunda proposición».
Cuando James Madison (1809 ) cuarto presidente del país y uno de los primeros defensores de la libertad de prensa sentenció “que era potestad del pueblo sobre el gobierno y no del gobierno sobre el pueblo, el decidir lo que constituye una conducta nociva”, dejó sentadas las bases para el respeto a la opinión ajena y para que los poderes públicos se supeditaran ante la libertad de prensa y de expresión.
Posteriormente la Primera Enmienda de la Constitución promulgó un dictamen decisivo para la historia del país, ante la ausencia de una definición clara sobre la libertad de expresión en la propia Constitución de 1787 y en el pensamiento predominante de las 13 colonias que precedieron e impulsaron esa carta constitucional.
Las colonias del norte crearon la moral del trabajo, con la conciencia de que el dinero lo podía todo.
Y las colonias del sur, con dinero acumulado por ser los descendientes de la emigración puritana de los Caballeros del Rey, se dedicaron a comprar y a fomentar grandes extensiones de tierra.
En la armonización de estas diferencias con la separación de los tres poderes y la instauración de un régimen federalista, se centró el esfuerzo constitucional de 1786, que estimuló con fuerza de destino el flujo migratorio de los que venían del viejo mundo. (En 1770 las colonias británicas tenían apenas 200 mil habitantes y un siglo después la cifra se elevaba a 2 millones de habitantes).Surgió entonces dentro de la Carta de Derechos ese dictamen maravilloso de la Primera Enmienda para dar garantía del derecho individual a la expresión y a la libertad de prensa. El dictamen reza así: “que el Congreso no promulgará ley alguna que menoscabe la libertad de expresión o la libertad de prensa.”A partir de ese momento, Estados Unidos se colocaría a la vanguardia en la defensa de la libertad de expresión y de prensa en el mundo.



Los federalistas intentaron amordazar a la oposición por las Alien and Sedition Acts.(1) (1798), pero la opinión pública los alejó del poder. Después, tras la guerra de 1812-1815, las pasiones políticas se apaciguaron.
En 1820 había 512 periódicos (de los que 24 eran dia¬rios); en 1826 había 900. Los Estados Unidos contaban en¬tonces con más lectores de periódicos que ninguna otra na¬ción, pero esos lectores pertenecían a la clase política y rica. Las tiradas más elevadas no excedían de 2.000 ejemplares. Las revistas dominaban la prensa.
La «penny press»
En el siglo XIX, cada treinta años aproximadamente, los inmigrantes duplicaron la población del país y su coeficiente de urbanización. Hacia 1830, el 10 % de los 13 millones de norteamericanos habitaban en ciudades. Los menos ricos de éstos y los granjeros del Oeste llevaron a la presidencia a A. Jackson (1828), símbolo de una era de reformas 3: el su¬fragio universal y la educación se generalizaron. La prensa reflejó e impulsó el desarrollo del igualitarismo.
En los treinta años que precedieron a la Guerra de Se¬cesión aparecieron las prensas rápidas, los clichés y el pa¬pel barato, así como la navegación de vapor, el ferrocarril y el telégrafo. La prensa adquirió entonces rasgos modernos. Concentró sus esfuerzos en la pura información (de ahí vino la invención del repórter) con el fin de atraer a las multitu¬des, y por tanto a los anunciantes. La venta del ejemplar, muy barato, no cubría más que el costo del papel: la pu-blicidad se convertía en esencial. Así la prensa se liberó de los partidos y atrajo grandes inversiones. Como los periódi¬cos se vendían en la calle y no por suscripción, a un público poco educado, su presentación se hizo más atractiva y más sencilla.
B. Day fue el primero en conseguir un diario vendido a un centavo (penny) en lugar de a seis: el New York Sun (1833). Especializándose en los sucesos locales (menos caros de obtener que la información general), sobrepasó muy pron¬to la tirada global de los diarios neoyorkinos de 1833 e in¬fluyó sobre toda la prensa. Sin embargo, la penny press no tardó en ser respetable.
En 1835, James Gordon Bennet lanzó el New York Herald cuya tirada alcanzó los 40.000 ejemplares a los 15 meses, y 100.000 a los 15 años. ¿Su secreto? Añadir a lo sensacional una información abundante y variada, ser el primero en darla, y acompañarla de enérgicos editoriales. Sólo en Nueva York tuvo más de treinta imitadores.
Horace Greeley, en 1841, creó el muy serio y muy popular Tribune, que no cesó de defender causas nobles y adquirió una influencia única en la Historia de los Estados Unidos.
En 1851, H. Raymond fundó el Times, y le dio su gran repu¬tación de periódico objetivo.
Los 235 periódicos de 1800 se habían convertido en 2.300. Nueva Inglaterra tenía por supuesto, diarios de calidad, pero también la región del Midwest, con el Chicago Tribune. Y los impresores seguían de cerca a los colonos. «En los Estados Unidos, apenas existe una aldea que no tenga su periódico», escribía Tocqueville en 1835; y añadía: «la prensa ejerce un poder inmenso en Norteamérica. Hace circular la vida política en todas las partes de ese vasto territorio. Ella es con sus ojos siempre abiertos la que fuerza a los hombres públicos a comparecer, por turno, ante el tribunal de la opinión».

La esclavitud y la guerra de Secesión
Cuando en 1831 W. L. Garrison fundó el Liberator, el más fanático de los periódicos antiesclavistas, éstos eran escasos. El Sur, rural y feudal, no tenía más que una prensa débil, pero su causa era vigorosamente defendida en el Nor¬te. En 1837, el periodista E. Lovejoy fue asesinado por una multitud esclavista en Alton (Illinois). Sin embargo, la pren¬sa no fue ajena a la lenta evolución de la opinión en favor del abolicionismo.
Durante la guerra, la prensa mostró a la Vez su eficacia y su irresponsabilidad. En el Norte, el sensacionalismo y la traición obligaron a las Secretarías de Estado y de la Defensa a censurar el telégrafo y a tomar medidas contra los periódicos, pero no hubo censura preventiva. Se estableció un modus vivendi que se volvería a utilizar en las guerras siguientes.
Además de aumentar las tiradas en un 30 %, el conflicto tuvo una profunda influencia. El coste del telégrafo obligó a la concisión y a la cooperación entre los medios infor¬mativos. El desarrollo de las agencias extendió un periodis¬mo de reportaje de hechos, informativo, «objetivo», seco.Las ilustraciones se multiplicaron, pero la información seria pasó al primer plano.

La «yellow press»
Después de 1865, los Estados Unidos tuvieron una muta¬ción industrial. Oleadas de inmigrantes miserables afluyeron a las ciudades. Pronto se escucharon voces contra la especu¬lación desenfrenada, especialmente entre la población del Oeste. Existía una revolución tecnológica: cable trasatlán¬tico, vía férrea transcontinental, rotativas perfeccionadas, teléfono, linotipia, etc. Se habían reunido por tanto tres con¬diciones esenciales para que la prensa diera un nuevo paso adelante. Dos hombres, uno de la zona del Midwest, el otro de California, iniciaron una segunda ola de populari¬zación.
El inmigrante J. Piditzer impulsó primero el St Louis Post-Dispatch (1878), después el New York World (1883), utilizando sucesos, grandes titulares e ilustraciones, pero dando también una relación exacta y completa de la actua¬lidad y haciendo campaña contra la injusticia y la corrup¬ción. El World batió todos los records: vendía un millón de ejemplares en 1897. Y el Sunday World impuso a la pren¬sa la edición dominical, dedicada al entretenimiento.
El millonario W. R. Hearst había dado nueva vida al San Francisco Examiner (1887) vulgarizando algunos méto¬dos de Pulitzer. En 1896 compró el New York Journal y se lanzó a una fortísima competencia contra el World. A fuerza de dólares conquistó un amplio público inculto, al que atraía con historias violentas, fuertes o sentimentales, escándalos inventados y cruzadas estériles. Explotó ruido¬samente el nacionalismo y el imperialismo naciente en el público hasta el punto de que se le atribuye en parte la guerra hispano-norteamericana. En 1900, la Yellow press 5 abarcaba una tercera parte de los grandes periódicos norteamericanos, lo que provocó un rechazo de las capas más cul¬tivadas, y graves amenazas de regulación gubernamental.
Otro gran patrón de prensa fue E. W. Scripps. Su cade¬na de periódicos iniciada en los años 80 se convirtió en la mayor del país. Sus diarios vespertinos atraían a las ma¬sas de las ciudades industriales de tamaño medio por sus informaciones breves y por el decidido apoyo a sus intereses. Primer magnate «moderno», Scripps dejaba a sus directores libres de actuar, con tal de que obtuvieran beneficios. A su muerte poseía 50 millones de dólares, tres cadenas de pe¬riódicos y cuatro agencias, una de ellas la United Press.
Se había entrado en la era de los mass-media. Dadas las inversiones que requería, la prensa formaba parte del big business. Los diarios, grandes empresas industriales, perse¬guían ante todo el beneficio. Norteamérica inauguraba la producción en masa: los mayores ingresos de la prensa ve nían ahora de la publicidad6. Para obtenerla era necesario aumentar las tiradas, lo que producía una competencia en¬carnizada. Sin embargo, pronto se vio que era más razona¬ble concentrar los títulos. Entre 1865 y 1900, el número de diarios se había sextuplicado. Existían entonces 2.326: ja¬más habría tantos, aunque la población iba a triplicarse.
Naturalmente, la mayoría de los diarios bendecían el orden establecido sin contemplar los problemas de la sociedad. En muchas ciudades, los anunciantes controlaban la prensa y el «aparato» político, a la vez.
La prensa de calidad
En 1871, el New York Times denunció el Tweed Ring, aunque esa organización ilegal le había ofrecido 5 millones de dólares por su silencio. A pesar de todo, en 1896, el Times mal administrado no tiraba más de 9.000 ejemplares. A. S. Ochs lo compró y le dio nueva vida al bajar su precio de venta sin hacer ninguna concesión. Su divisa: dar «todas las noticias que merezcan ser impresas».
Algunos diarios de provincias, sin dejar de atender su zona propia, adquirieron entonces una audiencia nacional: dos liberales del Sur, el Atlanta Constitution y el Louisville Courier-Journal; dos activistas del Midwest, el Kansas City Star y el Chicago Daily News; y un poco más tarde el mi¬núsculo Emporia Gazette, del que W. A. White hizo el por¬tavoz de las aldeas del Oeste.

Las revistas
Ante la competencia de los dominicales, los periódicos se popularizaron a su vez y constituyeron una gran indus¬tria7. Las primeras revistas modernas fueron lanzadas por fabricantes de ropa y de empresas de venta por correspon¬dencia. Sin embargo, los constructores de imperios fueron F. Munsey, del que el Munsey’s Magazine (1893) y Argos y constituyeron los primeros pulps, mediocres tanto por el papel en que se imprimían como por su sentimentalismo ba¬rato, y sobre todo C. H. K. Curtís que hizo del Saturday Evening Post una institución nacional. Beneficiándose de las bajas tarifas postales en vigor desde 1885, las revistas redujeron sus precios y algunas alcanzaron tiradas enor¬mes: el Ladies Home Journal, de Curtís, tiraba un millón de ejemplares en 1903, y dos millones en 1919. Constituían entonces los únicos medios de gran difusión, absorbiendo la publicidad nacional: Curtís obtenía el 43 % de ella en 1918.
E. L. Godkin, director de The Nation (1865), fue de los que prefirieron ser influyentes en lugar de riquísimos. Al¬gunos, como H. Hapgood de Collier’s, declararon la guerra a la complicidad entre capitalistas y políticos. Aparecieron los famosos muckrakers de los años 1903-1910, los «busca¬dores de basura», tales como L. Steffens y I. Tarbell de McClure’s. Al presentar sus encuestas con un estilo de cali¬dad, hiceron que la prensa cotribuyera eficazmente al am¬plio movimiento progresista de comienzos del siglo. Para buscar un contrapeso los propietarios de negocios inventa¬ron los public relations, sus encargados de relaciones públi¬cas; en los años 20 y 30 proporcionaban a los periódicos del 50 al 60 % de sus artículos.

La guerra y los años 20
Una ley, Espionage Act (1917), reforzada por la Sedition Act (1918), dio al ministro de Correos la posibilidad de no distribuir cualquier publicación. Los periódicos socialistas y de lengua alemana tuvieron grandes dificultades, pero la gran prensa se puso al servicio de las autoridades para mo¬vilizar todos los recursos nacionales a través de la propa¬ganda. De acuerdo con esa dirección, la prensa hizo pocos esfuerzos por defender los derechos cívicos al llegar la reac¬ción antirroja de la postguerra.
Abandonando su puritanismo, los Estados Unidos acep¬taron el consumo de masa. Los «años locos» vieron nacer nuevas formas de prensa. Primero los tabloids; diarios ilus¬trados de pequeño formato que iniciaron una tercera oleada de sensacionalismo. Esta oleada descubrió un millón y me¬dio de nuevos lectores sólo en la ciudad de Nueva York: tres tabloides se enfrentaron allí utilizando fotos trucadas y sucesos sórdidos. Únicamente sobrevivió el Daily News. Toda la prensa fue contaminada por aquel jazz journalism excitado, divertido, superficial e irresponsable.
Existía una gran abundancia de información al mismo tiempo que se ofrecía a los norteamericanos nuevas formas de diversión: el cine, la radio y el automóvil. Dos presbite-rianos eligieron como meta resolver el dilema. De Witt Wallace utilizó una fórmula muy antigua; su Reader’s Digest (1922) ofrecía una antología de artículos resumidos de revis¬tas, elegidos por su utilidad práctica y su apoyo al «sueño norteamericano». El Time de H. Luce resumía, explicaba, «personalizaba» toda la actualidad en un estilo compacto y pintoresco. Sobre ese mensual y ese semanario se fundaron imperios, y los dos fueron imitados en el mundo entero.
El «New Deal» y la guerra
La crisis económica (1929-1941) y después la guerra mun¬dial, reforzaron el movimiento de concentración que llevaba al monopolio local en la mayor parte de las ciudades. Sin embargo, la propiedad seguía siendo familiar: no se formó ningún grupo gigante del tipo británico.
La Depresión aumentó la atención dada por la prensa a los problemas sociales, económicos y políticos. F. D. Roosevelt tenía relaciones frecuentes, eficaces y de una rara cor¬dialidad con los periodistas, pero no con los editores. Sólo el 34 °/o de los diarios le sostuvieron con sus editoriales an¬tes de su triunfo electoral de 1936, y el prestigio de la pren¬sa sufrió por ello.
Los propietarios de periódicos que invocaban la Primera Enmienda para escapar a las exigencias de la justicia social fueron condenados por el Tribunal Supremo. El sindicato de los periodistas (American Newspaper Guild, 1933) lanzó su primera huelga en 1934 y muy pronto se hizo respetar. Paralelamente se mejoraron la formación y forma de contra¬tar a los periodistas.
En esta época, Time vio aparecer dos débiles rivales, Newsweek y US News, pero Luce volvió a innovar con Fortune (1930), revista financiera independiente lanzada en ple¬na crisis económica, y con Life (1936), revista de la actuali¬dad a base de fotografías, muy pronto imitada por Look.
En 1941, Pearl Harbor produjo la unanimidad nacional. Un código aparecido en 1942 permitió a la prensa autocensurarse de nuevo. Las leyes de 1917 fueron aplicadas, pero sin rigor. Después de la guerra vino una nueva y violenta crisis de anti-izquierdismo. La prensa participó en esta tendencia inquisitorial: cuando no deformaba la información, se hacía «objetivamente» eco de los cazadores de brujas 8.

Después de la llegada de la televisión
La radio había tenido poca influencia. El efecto de la televisión (1948) sobre los diarios no fue espectacular; en cambio, golpeó terriblemente a las revistas de interés gene¬ral al captar la publicidad nacional mientras que aumenta¬ban sus gastos de publicación. Las revistas intentaron res¬ponder con campañas de suscripción muy rebajadas. Sus tiradas se hincharon: el Saturday Evening Post alcanzó seis millones y medio de ejemplares en 1960, Life, ocho millones y medio en 1970. Tratando desesperadamente de equilibrar sus cuentas, se lanzaron a una imprudente búsqueda de «trapos sucios», después redujeron su difusión a un público seleccionado, y finalmente murieron.
La gran contestación
En los años 1960, los negros reclamaban la igualdad cí¬vica; los estudiantes rehusaban morir en Vietnam. Dentro de ese mismo impulso, los ecologistas, los consumidores, las mujeres, los mutilados, etc., exigieron que sus derechos fue¬ran respetados. Se atacaba simultáneamente a las normas de las clases medias, al American Way of Life, y al régimen económico-político, el System. De nuevo, en un período de extraordinaria expansión económica y gracias a innovacio¬nes técnicas, el offset en particular, apareció una prensa sensacionalista para servir a un movimiento social, la pren¬sa underground 9. El primer periódico fue el Los Angeles Free Press (1964), el segundo el Berkeley Barb (1965).
En 1970, la tirada de sus 400 a 500 periódicos estables se estimaba en cinco millones, con unos treinta millones de lectores. Esta prensa osciló entre dos polos, el psicodélico o contra-cultural, y el radical o izquierdista. Después, en 1971-1972, se desplomó. Las causas fueron varias: por un lado, retirada americana del Vietnam, represión y rece¬sión; por otro los gritos reiterados de los underground, con su tendencia hippy ingenua o apoyada en las drogas. Final¬mente el marxismo por una parte y la pornografía por otra. A pesar de todo, contribuyeron a despertar a la prensa establecida.
Notas.
(*)En el verano de 1798, el Congreso de los Estados Unidos sancionó, y el Presidente John Adams, promulgó, las Leyes sobre los Extranjeros y la Sedición, estas normas prohibían las críticas al gobierno federal y otorgaban al Presidente Adams la facultad de deportar a cualquier extranjero que fuese visto como sospechoso. Los estadounidenses hallados culpables de sedición enfrentaban periodos de prisión de hasta cinco años y multas elevadas. En ciertas circunstancias, los extranjeros residiendo en los Estados Unidos podían ser encarcelados “hasta tanto, en la opinión del Presidente, la seguridad pública pudiese requerirlo.” Esta legislación hizo de la Primera Enmienda una parodia y privaba a los extranjeros del debido proceso básico conforme la ley. Las Leyes sobre los Extranjeros y la Sedición fueron el primer asalto directo del gobierno federal sobre las libertades civiles estadounidenses. De este asalto y de la respuesta al mismo, podemos aprender lecciones relevantes para nuestro propio tiempo.

Bibliografia.
1 Ver A. M. Schlesinger, Prelude to Independence: The Newspaper War on Britain, 1764-1776. Knopf, Nueva York, 1958.
2 La misma enmienda estableció la libertad de religión. Ver C.-J. Ber-trand, Les Eglises aux Etats-Unis. «Que Sais-Je?», n.° 1.616.
3 Tuvo por consejeros a dos periodistas, pero la gran mayoría de la prensa se opuso a él, como siempre con los Presidentes progresistas.
4 Ver M. Schudson, Discovering the News: A Social History of American Newspapers. Basic Books, Nueva York, 1978.
5 Llamada así por el color amarillo del héroe de uno de los prime¬ros comics, Hogan’s Alley, tomada al World por el Journal y publicada durante algún tiempo por los dos diarios.
6 Los gastos publicitarios se quintuplicaron entre 1880 y 1910. En 1914, el Audit Bureau of Circulations se encargó de la verificación de las tiradas.
7 100 en 1825, 700 en 1865, 5.500 en 1900.
8 Ver J. Aronson, The Press and the Cold War. Bobs-Merrill, Indianápolis, 1970.
9 Ver D. Armstrong, A Trumpel to Arms: Alternative Media in America. Houghton-Mifflin, Boston, 1981.

Autor: Claude-Jean Bertrand . En: “Los medios de comunicación social en Estados Unidos”. Editorial Eunsa. Año: 1983, Pamplona (Esp.)

EL PERIODISMO EN EL SIGLO XX


EL NACIMIENTO DE LA ACTUAL ESTRUCTURA DE LA INFORMACIÓN

La revolución industrial dio lugar a una prensa de impresión que podría crear miles de copias de un periódico de un día para otro.
A partir de 1880 surgen nuevos medios cuantitativa y cualitativamente distintos a los del S.XIX que constituyen el origen de la información propia del siglo XX.
En torno a esta fecha los distintos países occidentales dictan leyes de prensa burguesas, en las que se reconoce la libertad de expresión y organizan su estructura informativa en torno a las agencias nacionales de noticias las cuales mantienen estrechas relaciones con los gobiernos y surten de información a los periódicos. Bajo ese predominio de las agencias, todos los medios atienden a los mismos temas.
El nacimiento de las agencias de noticias provocó algunos cambios en la información que se han mantenido hasta nuestros días: el establecimiento de la red telegráfica mundial dio como resultado la ubicuidad informativa y la tendencia a la uniformidad propias de la información del S.XX. El telégrafo colaboró también al culto a la objetividad informativa.
LA PRENSA EN LA NUEVA "SOCIEDAD DE MASAS"
En los últimos años del siglo XIX y primeros del XX, surge en EE.UU y algunos países de Europa una nueva generación de periódicos el llamado new journalisme o nuevo periodismo, cuyo ejemplo paradigmático fue The World, de Pulitzer. Son los primeros periódicos de masas. Aumentan espectacularmente su tirada, incluyen muchas páginas de publicidad, se establecen en grandes edificios y obtienen unos beneficios insospechados hasta entonces.
Cualitativamente estos periódicos abandonan las viejas fórmulas y se atribuyen nuevas funciones en la sociedad del siglo XX. Se convierten en bienes de uso y consumo. Se venden a bajo precio y ofrecen a sus lectores un producto atractivo y bien acabado. Su presencia reiterada en la sociedad los convierte en instrumentos de gran influencia.
En 1895, el diario de Pulitzer, New York World, era el superior diario en Nueva York y sus alrededores, más grande aún que el New York Times. Posteriormente, Hearst compraría el New York Journal, y rápidamente se convirtiría en la principal competencia de Pulitzer.
Ese exceso de poder les va a permitir provocar manipulaciones de todo tipo. Surge en este contexto la prensa amarilla o sensacionalista caracterizada por tergiversar la información, inventar noticias, resaltar el morbo, incentivar la violencia y banalizar la vida social"
El término recibe el nombre de una popular tira cómica, "El pilluelo amarillo" o sensacionalista, que a menudo proporcionaba informaciones falsas para atraer al público lector.
Hoy en día, hablar de “prensa amarilla” es hablar de las publicaciones que incluyen titulares de catástrofes y fotografías con información detallada acerca de accidentes, crímenes, adulterios y cosas escandalosas en general.
“Los métodos del periodismo amarillo han sido y serán utilizados por editores y periodistas que pongan el objetivo de aumentar la tirada o la audiencia por encima de cualquier otra consideración”. Ejemplo: Encabezados como “Poli Ejecutado” o “Menor de edad muerto de 20 cuchilladas”.
Aunque el periodismo amarillo es mucho menos común ahora que en el año 1900, todavía existe. Algunos periódicos, revistas, sitios de Internet, e incluso canales de noticias de televisión puede presentar la información con un giro en los hechos con tal de apoyar sus propios puntos de vista o para aumentar su número de lectores o espectadores.
La mejor manera de evitar el efecto del periodismo amarillo es comprobar la veracidad de los hechos con varias fuentes, y no conformarse con una sola visión sesgada de una noticia. Considere la posibilidad de que la noticia está sucediendo y los sesgos de la fuente que esta pueda tener.
Al recibir noticias de más de un lugar, es posible ver el periodismo amarillo por lo que se debe mantener un diálogo abierto y una mente imparcial a la hora de la búsqueda de los hechos reales.
Como reacción al amarillismo surgieron también hacia fines del XIX y comienzos del XX periódicos de élite de información general cuyo modelo fue el New York Time, diario que creó un nuevo modo de hacer periodismo, basado en la documentación exhaustiva y el análisis de los hechos. A este modelo responden también Le Figaro en Francia, el Frankfurter Zeitung en Alemania, Il Corriere de la Sera en Italia y El Imparcial y El Liberal en España.
El periodismo en tiempo de guerra
El periodismo amarillo se ha utilizado en todas las guerras en las que los EE.UU. ha estado involucrado, buscando retratar el lado opuesto como atacar el mal, acabar con los tratos infrahumanos, o cualquier valor similar a estos. Se ha utilizado para obtener beneficios políticos y sociales. El uso de la prensa amarilla se ha movido más allá de la codicia de los dueños de periódicos, y ahora se utiliza sobre todo para modificar la opinión pública.
Durante la Primera Guerra Mundial los periodistas colaboraron con el ejército y difundieron entre la población falsas historias heroicas, con el fin de mantener el entusiasmo de la retaguardia y fomentar el odio entre los contrincantes. La población europea descubrió el engaño al terminar la guerra y los lectores, conscientes de que habían sido manipulados, perdieron la confianza en los medios escritos.
En el periodo de entreguerras surgieron totalitarismos en distintos países occidentales (nazismo alemán, fascismo italiano, comunismo ruso etc...) Se establecieron dos modelos de información diferentes, el de estos Estados totalitarios que hicieron de la propaganda uno de los medios fundamentales de su organización y controlaron todos los resortes del sistema informativo (la prensa, la radio, el cine, los libros, las artes, la educación... se sometían a los fines del partido en el poder) ; y el de los territorios libres, como Inglaterra, en los que pervivió el modelo liberal, que reconocía la libertad de expresión.
Durante la Segunda Guerra Mundial también se utilizaron los medios de información- prensa y radio- con fines propagandísticos: Hitler recurrió a la llamada propaganda mecanicista, basada en la idea de que ante un determinado estímulo, las poblaciones iban a tener una misma respuesta.
Durante el periodo, todos los diarios de masas de estos países, estuvieron marcados por la propaganda: utilizaron técnicas, fórmulas y trucos de persuasión ; la terminología propagandística lo impregnaba todo, incluso las secciones de entretenimiento.
Debido a la competencia de los nuevos medios como el cine, la radio y la televisión, se desarrolló el fotoperiodismo. Los periódicos incluyeron en sus páginas la imagen fotográfica que ya no era un mero adorno, sino un lenguaje alternativo. Los medios se utilizaron como válvulas de escape de la realidad circundante : ofrecían un 90% de entretenimiento y un 10 % de información amena y pretendían alejar al lector de sus problemas diarios.
España no quedó fuera de las tendencias generales de la prensa en Europa. La influencia de la propaganda en los medios impresos se acentuó, debido a las circunstancias históricas de nuestro país que vivió en estos años una guerra civil. Durante la contienda, tanto en la zona republicana como en la nacional se instituyeron organismos oficiales dedicados exclusivamente a la propaganda (El ministerio de propaganda en la zona republicana y la Delegación de prensa y propaganda en la nacional).
El periodismo tras la segunda guerra mundial
Tras la segunda guerra mundial los Estados vieron la necesidad de intervenir en el sector informativo. Los vencedores aprendieron de la guerra que los medios debían cumplir una función social de servicio público. Se desarrolló entonces la teoría de la responsabilidad social de los medios.
Desde 1945 a 1970 se vive una etapa de expansión económica que repercute en el desarrollo del sector informativo. Los Estados defienden la libertad de expresión y, al mismo tiempo, establecen normas de control de los medios. Paralelamente, se convierten en dueño de diarios, emisoras de radio y cadenas de televisión públicas.
El negocio informativo crece y las empresas de información aumentan su poder. Esto favorece la concentración de los medios (cada vez menos empresas son dueñas de más medios), a pesar del control de los Estados que promulgan leyes antimonopolio.
Junto al periodismo escrito, a medida que avanza el siglo, se desarrolla el periodismo en la radio y la televisión.
Existen medios de calidad o de élite como El Times, El ABC, Le Monde, La BBC... que cultivan la objetividad informativa; y medios de masas cuya función primordial sigue siendo el entretenimiento.
Las últimas tendencias de la prensa
En el año 70 se inicia una crisis que da entrada a la sociedad de información en la que estamos inmersos. El desarrollo de las nuevas tecnologías afecta a todos los medios de comunicación. Se acentúa la tendencia a la concentración de emisores. La información, cada vez más, se convierte en un fenómeno supranacional y hay un claro predominio de las agencias y cadenas de televisión americanas.
Muchos Estados que mantenían medios públicos los privatizan dejándolos en manos de grandes grupos empresariales. Cada vez cobra mayor importancia el mercado audiovisual de modo que los diarios se contagian de la fuerza de lo icónico: los medios, incluso los de élite incorporan cada vez más la imagen y el color ; aparecen nuevos géneros visuales, como la infografía y, por contagio de televisión, se incluyen, hasta en los periódicos más serios, contenidos rosas.
EL PODER DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN.
El profesor Marcos Sebastián Pérez Peña, de la Universidad de Santiago de Compostela (Op. Cit.) explica en su artículo cuál debería ser la regla fundamental a seguir por parte de los periodistas:
«La Teoría de la responsabilidad social de la prensa concibe la información como uno de los derechos fundamentales de la sociedad, depositado en los medios de comunicación y en los periodistas y garantizado por ellos (...) Sin embargo, los medios de comunicación parecen jugar hoy en día un rol de organismo con una autonomía económica propia dirigida en mayor medida hacia intereses políticos y económicos, más que hacia la responsabilidad social que exige de ellos la democracia.»
Esto origina que, por lo general, se genere « un proceso de convergencia discursiva entre el discurso oficial y los medios de comunicación, que reproducen la retórica del gobierno, haciéndose evidente la dependencia». En los casos en los que el periódico responde a los intereses de la oposición, se inicia un linchamiento mediático contra aquellos valores o representantes políticos que más diferencias representen con su opción.
De este modo, la opinión pública se ciñe tan sólo a lo que los medios de comunicación establecen. La realidad que perciben los ciudadanos es la realidad que transmiten los medios, que, según Pérez Peña, «tienen una posición privilegiada para crear y/o reproducir conceptos, significados, esquemas cognitivos y modelos interpretativos a través de los cuales los individuos le dan sentido a su propia existencia».
Los políticos aprovechan este privilegio para sus propios fines, de modo que los medios acaban siendo un instrumento de difusión propagandística (en la mayoría de los casos elaborada por periodistas a sueldo de políticos o empresas, lo que el profesor José Luís Dader acertaba en denominar comunicopólogos). El ejemplo más claro es el de las campañas electorales, que terminan formando un triángulo cuyos tres vértices son los candidatos, los medios y los votantes. En las elecciones del 9M, el líder de Izquierda Unida Gaspar Llamazares ha denunciado el abandono que los medios han hecho a la campaña de su partido, lo que ha sido una de las causas del fracaso de éste en las urnas.
Los profesores César Mauricio Velásquez y Jesús Erney Torres explican que «los medios de comunicación no nacieron libres, sino sometidos al poder. Eran los reyes y los señores quienes controlaban las imprentas. (...) A través de la historia los periodistas han desempeñado su trabajo con la presión, implícita o explícita, de los gobernantes». Velásquez y Erney citan como caso reciente el ya mencionado en este trabajo: «El expresidente español, José María Aznar, llamó a directores de medios para que difundieran la supuesta autoría de ETA en los atentados del 11 de marzo en Madrid».
En una entrevista que Margarita Rivière realizó al periodista Carlos González Reigosa éste explicó su postura sobre la influencia del poder en el periodismo y sobre el nuevo marco creado en la Sociedad de la Información:
«La información está cada vez más contaminada por intereses ajenos al periodismo. Sobre el periodista actúan constantemente agentes externos que tratan de obtener un resultado informativo concreto. Pero, a la vez, eso no puede ser de otro modo, puesto que estamos en la era de la información. Los medios son la "escena" en la cual "se existe" y en donde se adquiere una imagen... Pero, paradójicamente, los periodistas pueden ser las víctimas de esta situación. (...) El periodista cada vez está más solo frente a esa red de intereses, y podemos acabar cada vez más especializados, asépticos, haciendo un periodismo para periodistas: cada vez que un periodista llama a algún sitio para contrastar una información, le contesta otro periodista que está al servicio de la mejor imagen de una corporación. Ésta es la sociedad de la información.»
La situación es similar en el resto de los países. Por ejemplo: Estados Unidos creó la denominada radio Liberty para combatir el comunismo durante la Guerra Fría. Con la invasión de Irak, esta situación se ha repetido con la aparición de TV Liberty, un canal de televisión que ha actuado como propaganda para que la opinión pública apoyara incondicionalmente la guerra.
La medición de las audiencias juega un papel crucial en este sentido. No sólo afecta a los ingresos por publicidad, sino que también les sirve a los políticos para averiguar hasta qué punto su imagen y mensajes son percibidos por la sociedad. De esta manera, destaca el profesor Gabriel Misas Arango[5]«el eje de la estrategia es que lo comunicable sea aceptado por la mayoría».
Otra consecuencia de este poder de los medios de comunicación es que el periodista acaba por convertirse en una marioneta política, creyéndose las adulaciones de quienes están interesados en caer bien. Así lo explica el ex director de El País, Juan Luís Cebrián, a propósito de una pregunta realizada por Margarita Rivière (Op. Cit.):
«Los periodistas decimos que estamos fuera del palacio, pero nos encanta que nos abran los aposentos. El palacio nos mira como unos intrusos, pero el pueblo considera que estamos en la Corte. En España la prensa sirvió a la vertebración, pero ahora hay medios que amenazan con una desvertebración. Y no digo que no tengan derecho a hacer eso, pero el que se diga que todos los políticos son unos ladrones daña el mínimo consenso social para construir algo».
La otra consecuencia del poder de los medios es el sensacionalismo. La información acaba vendiéndose al mejor postor (en este caso, la publicidad) y, por lo tanto, se olvida el deber constitucional de los ciudadanos a estar informados en beneficio del entretenimiento, el chismorreo y la banalidad. Los informativos, sobre todo en el medio televisivo, acaban reduciendo el espacio dedicado a información política y ampliando noticias absurdas con intereses comerciales. Un ejemplo diario es el informativo de Antena 3, que introduce encuestas sobre temas intrascendentes realizadas por empresas privadas, (cada año sale la encuesta sobre la vida sexual de los españoles realizada por Dúrex, sobre la felicidad de los ciudadanos impulsada desde Coca-Cola, etc.). Así, la publicidad trasciende sus espacios para introducirse en el periodismo (el informativo de Antena 3 es, según el Estudio General de Medios, el de mayor audiencia).

domingo, 1 de mayo de 2011

EL PERIODISMO EN EL SIGLO XIX

LA PRENSA POPULAR: ANTECEDENTES.

Además de los papeles periódicos dirigidos, como hemos visto, a un lector ilustrado, los burgueses crearon publicaciones de carácter popular que, nacidas en el siglo XVII, adquirieron un amplio desarrollo a lo largo del XVIII : los almanaques y pronósticos eran libritos de aspecto inofensivo, adornados con imágenes, que se distribuían a millares por los pueblos y ciudades. Ofrecían, bajo el pretexto de informar del tiempo, los más variados contenidos. Además de pronóstico del año incluían datos sobre los cambios de la luna, pensamientos, pautas de conducta, instrucciones sobre los más variados oficios ; por ejemplo : "artificio para caminar sobre el agua" o "adivinar qué dinero tiene uno en la faltriquera" o "defensa de horribles tempestades".
Solían tener un título sensacionalista que servía de reclamo publicitario y dos secciones : "La introducción al Juicio del año", pronóstico de lo que iba suceder ese año según los astros, y El Juicio del año, especie de carta astral por estaciones, meses y días.
Los almanaques y pronósticos constituyen una recopilación de cultura popular y una vía de difusión de los valores burgueses entre las clases bajas. Su peligrosidad llevó a Carlos III a prohibir su publicación en 1767, bajo el pretexto de que constituían una lectura vana e inútil para el pueblo.


Con el S. XIX estas publicaciones no desaparecieron, pero cambiaron su función, ya que la burguesía contaba con un medio mucho más eficaz y directo para la difusión de sus ideas : los periódicos populares.




Es aquì donde comienza hacerse sentir la empresa periodistica cuya intenciòn es la de transmitir una ideología (aunque esta sea de ecología o política) cuyo beneficio radica en generar un cambio en la sociedad.
Esto explica que el periodismo sea la mas política de las profesiones. Durante siglos, el periodista y el político iban permanentemente asociados. De hecho, la profesión dominante entre los dirigentes del siglo XIX era esa profesión, la que en los tiempos actuales ocupa el abogado (debido a la judicialización del manejo de lo público).
Novedades técnicas.
Hacia el final del siglo las empresas periodísticas introdujeron innovaciones técnicas y mejoraron los métodos de recogida de noticias y los sistemas de distribución. A ello contribuyeron la mecanización de la imprenta, las mejoras en la fabricación del papel y la tinta, la extensión del ferrocarril, etc. Nuevos hombres de negocio con una mentalidad moderna crearon empresas informativas rentables, como el periódico The Times que apareció en 1785.
Hacia finales del siglo nació en Londres el primer dominical : el Weekly Meseger, fundado en 1796 por Jon Bell, impresor de larga experiencia. Estos periódicos, cuya finalidad era el entretenimiento, contenían narraciones de crímenes y aventuras escandalosas, relatos novelescos de literatura popular, parecidas a las de los viejos canards, páginas de pasatiempos (juegos, crucigramas), humor escrito o grabado, etc. todo ello en un lenguaje asequible a un público poco habituado a leer. Los dominicales acostumbraron a la lectura a las clases bajas, hicieron posible el surgimiento de la literatura popular de los siglos XIX y XX y crearon el mercado de la gran prensa de masas.

La crisis del Antiguo Régimen (1808-1837).

A finales del XVIII y principios del XIX el estado absolutista entra en crisis.

Los instrumentos del Antiguo Régimen son incapaces de dar solución a los problemas del país.

Causas.

•Penetración de ideas revolucionarias a partir de 1808, papel llevado a cabo por la prensa escrita.

•Crisis hacendísticas que provocan la quiebra del estado absolutista.

•Aplicación de medidas impensables en el absolutismo (desamortización).

•Explosión demográfica.

•Las tierras para nuevas roturaciones están enajenadas en manos de la nobleza y el clero. Dará lugar a conflictos.

•Crisis agrarias (malas cosechas, epidemias y hambre). Protestas populares.

•Motín de Aranjuez en 1808.

•Motín de notables con apoyo popular contra Godoy y Carlos IV.

•El rey abdica en Fernando VII, pero en Bayona la entrega a Napoleón que la cede a su hermano José (José I).

•La guerra no hará más que precipitar los acontecimientos.

•La Guerra de Independencia (1808-1814): suceden los siguientes hechos importantes:

•Aparición de elementos políticos: héroe popular, bandoleros, líderes políticos.

•Aparición de la guerrilla como nuevo elemento popular.

Labor legal de las Cortes.

Constitución de Cádiz 1812.

Estableció el modelo de liberalismo español del XIX. Regulaba la organización de poderes, financiera, militar, administrativa, educativa.

•Se Constata la soberanía nacional:

- Defensa de la propiedad, de la libertad y de la igualdad.

- Todos los ciudadanos eran iguales ante la ley.

•División de poderes:

- Legislativo (Las Cortes).

- Ejecutivo (El rey y sus ministros). Ejecuta las leyes que dicta el legislativo.

- Judicial (tribunales de justicia).

•Elecciones como mecanismos de participación:

- Sufragio y ley electoral.

- Sufragio censistario para varones mayores de 25 años.

Las revoluciones burguesas.

Las revoluciones burguesas se refieren a las ideas expandidas desde la Ilustración por la naciente clase burguesa; ideas que hablaban de libertad y derechos en oposición al dominio político monárquico. Estas ideas le valieron la simpatía de la población dominada, por lo que pudieron reemplazar a la nobleza como clase dominante o élite. Como símbolo de esta conquista, se expone la Toma de la Bastilla. Las revoluciones burguesas incluyen los procesos que dieron paso a la industrialización europea. Ambas revoluciones, política y económica, son inseparables del proceso de dominación burguesa. Entonces, en el amplio sentido de este proceso, los pilares del proceso son la Revolución industrial y la Revolución Francesa. Esta última legó al mundo la idea moderna de democracia, Estado y política a través de cuatro tendencias:

•Los constitucionalistas eran partidarios de una monarquía moderada por una constitución. Fueron el grupo dominante durante la primera parte de la revolución, la monarquía constitucional (1789-1792). En este grupo encontramos al Marqués de Mirabeau y La Fayette.

•Los girondinos eran los representantes de la alta burguesía, la derecha revolucionaria. Eran partidarios de realizar la revolución por medio de la ley. Se inclinaban a dar más importancia a las iniciativas de las provincias frente a las del gobierno de París. Para ellos las ideas revolucionarias son universales y por lo tanto aplicables en cualquier parte. Su figura más destacada es Jacques Pierre Brissot.

•Los jacobinos eran los representantes de la burguesía media y las clases populares (sans-culottes). Pretenden controlar la revolución y llevarla adelante por medio de los hechos. Son centralistas, el impulso revolucionario está en París y desde allí ha de extenderse. Están dispuestos a limitar la propiedad privada y la libertad individual. Sus figuras más representativas son Georges-Jacques Danton, más moderado, y Maximilien Robespierre.

•Los demócratas, el sector más exaltado, que ni siquiera está en la Asamblea. Propugnan el sufragio universal y la soberanía del pueblo. Actúan en la calle pero nunca tuvieron el poder. Su figura más representativa fue Jean-Paul Marat. Parte de sus ideas estaban en sintonía con el llamado socialismo utópico, que luego sería fundamental para la teoría de Karl Marx.

Revolución francesa.

•Aportó gran parte del bagaje occidental. Nacionalismo.

•El concepto de Nación Política nace durante la revolución francesa. Los burgueses decidieron denominarse así durante la época de la Asamblea Nacional.

•Establece parte de las instituciones que configuran el mundo actual. Se crean los:

•Códigos legales.

•Unidades de medida. M, g, l, etc.

•Establece las universidades como las conocemos hoy en día.

Supuso la primera revolución de masas de la historia y la única de carácter ecuménico. Fue modelo de inspiración para países de la América latina.

Fue el primer gran movimiento de ideas que ha trascendido al ámbito islámico e hindú. Es un patrón de los movimientos revolucionarios que se desarrollan posteriormente.

El burgués quiere la igualdad, es un convencido de la supremacía de la ley, de la división de poderes, del principio de la contribución necesaria. No es partidario de la Democracia, ya que la participación se reserva al ciudadano, y no todo el mundo lo es. Son representantes de la nación, no del pueblo.

Independencia de Estados Unidos

La nueva constitución

Una vez conquistada la independencia resultó muy complicado poner de acuerdo a todas las antiguas colonias. En 1787, 55 representantes de las antiguas colonias se reunieron en Filadelfia con el fin de redactar una constitución. Se creaba así un único gobierno federal, con un presidente de la república y dos cámaras legislativas (congreso y senado). Esta constitución estaba inspirada en los principios de igualdad y libertad que defendían los ilustrados franceses y se configuró como la primera carta magna que recogía los principios del liberalismo político estableciendo un régimen republicano y democrático. La independencia y democracia estadounidense causó un notable impacto en la opinión y la política de Europa.
http://www.corteidh.or.cr/docs/libros/libertad_expresion3.pdf

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