miércoles, 25 de mayo de 2011

LOS GENEROS PERIODISTICOS.

TEMATICA.


La Nota Informativa
La Crónica
 Segmentos narrativos:
 Segmentos descriptivos:
 Segmentos comentativos:
 Escenas dialogadas:
 Indirecto
o La Entrevista
o La Opinión
 El editorial
 La columna
 La reseña y la crítica

La teoría de los géneros periodísticos tiene su origen en la tradición de los géneros literarios, pero su evolución no depende de la literatura sino de su propio desarrollo como medio de comunicación de masas. La vieja teoría de los géneros literarios era normativa y prescriptiva, es decir, marcaba unas normas muy rígidas sobre cómo se debía escribir, basándose en la idea de que los géneros eran formas exigidas y predeterminadas por la naturaleza. En cambio, las nuevas teorías de los géneros son descriptivas, de forma que no parten de un número cerrado de géneros ni dictan reglas de escritura a los autores. Los géneros aparecen cuando en un diario se observa la posibilidad de utilizar el lenguaje de diversas formas. Su nacimiento está vinculado a la prensa escrita y después se traslada, casi sin modificaciones, a la radio y televisión. En la prensa escrita, su configuración de los géneros es fruto de la evolución del periodismo:
Primera etapa periodismo ideológico: afecta a la prensa de partidos, presente desde la segunda parte del s. XIX hasta el inicio de la Primera Guerra Mundial (1914). Esta prensa presentaba una fuerte carga en las informaciones, no solo políticas, sino también ideológicas y predominaba un ánimo doctrinal. Este tipo de prensa influiría en lo que ahora son los artículos de opinión.
Segunda etapa periodismo informativo: aparece en el último tercio del s.XIX (alrededor de 1870) como un fenómeno definido y perdura hasta la Segunda Guerra Mundial (1936). Aparece de alguna manera para hacer frente a la prensa sensacionalista. En un futuro daría lugar a la Tercera etapa periodismo de explicación: aparece después de la Segunda Guerra Mundial, donde nos encontramos con un mundo más complejo que necesita una explicación y también debido a la competencia que implicaba la inmediatez de la radio y la televisión. Como consecuencia, surgirían el reportaje y la crónica.

En general, podemos decir que los géneros periodísticos guardan una estrecha relación con el objetivo final del comunicador. Estos objetivos pueden ser tanto informar, como interpretar (opinar) o, simplemente, entretener.
El periodismo informativo incluye tanto noticias como reportajes (entrevistas), tambien investigaciones y crónicas.
Este tipo de periodismo intenta poner en conocimiento de los lectores acontecimientos que han sucedido o que podrían llegar a suceder. Los recursos utilizados mas frecuentemente tienen como misión generar un efecto de objetividad y una pretendida ilusión de verdad y fidelidad respecto del evento. Entre estos recursos podemos identificar, entre otros:
• Citas textuales
• Descripciones físicas de personas y lugares
• Escenas dialogadas
El objetivo de estos recursos es siempre fortalecer en el lector la certidumbre de credibilidad. Esto no quiere decir que el acontecimiento relatado sea falso y se necesite simular la veracidad, sino que se trata de un código entre el periodista y el lector en el que se sobreentiende que el contenido de la noticia es "información" y no ficción, deseo o puntos de vista.
El periodismo de opinión se refleja en editoriales, columnas, comentarios deportivos, críticas literarias o de espectáculos. En este caso, tanto el diseño como su titular suelen tener un aspecto bastante diferente, incluso incluye el rótulo de "critica" o "opinión". Incluso en algunos medios, estos textos son exclusivos de personalidades o especialistas. Hay un aspecto ético a tener en cuenta respecto a los artículos que incluyen opiniones: esta deberá ser consignada directamente y sin la intencionalidad de confundir al lector. Esta actitud frontal no siempre esta presente en todos los M.C.S.
Los editoriales, conforman un aspecto del periodismo de opinión que involucra al medio periodístico. En este caso, la interpretación no parte de un periodista en particular sino de la empresa periodística (el periódico, la revista o el canal de TV).
El periodismo de entretenimiento puede observarse tanto en dibujos humorísticos como en historietas, juegos, entretenimientos y literatura. Gran parte del periodismo de entretenimiento surge de una reelaboración de la realidad y en muchos casos refleja la postura editorial del medio.
La Nota Informativa
Las notas informativas parten de los acontecimientos que se consideran noticia y constituye el género básico de los géneros periodísticos.
¿Cómo debe ser redactada una nota informativa? Estas son las principales relgas que debemos tener en cuenta:
1. Síntesis incial: la noticia se redacta en el primer párrafo. En estas primeras líneas se debe responder las preguntas clásicas:
• ¿Quién?
• ¿Qué?
• ¿Dónde?
• ¿Cuándo?
• ¿Cómo?
2. Economía: aportar el mayor número de datos utilizando el menor número de palabras
Posibles. Debe ser conciso y claro, evitando los adornos innecesarios y giros poéticos.
3. Objetividad:
• Nunca se deberá escribir en primera persona.
• No abusar del uso de adjetivos y/o advervios
4. Simplicidad:
• Evitar palabras no usuales o técnicas (ej:"lóbrego", "estigma". "inefable", etc.)
• Evitar las redundancias ("historia pasada", "grave peligro", "memorioso recuerdo", etc.)
• Evitar construcciones largas o complejas.
6. Coherencia: Nunca cambiar el tiempo verbal en medio de una nota. El tiempo preferible es el preterito y salvo excepciones no es conveniente recurrir al tiempo presente.
La Crónica
La palabra crónica deriva del griego "cronos" que significa "tiempo". De allí que la "crónica" es un relato detallado de los acontecimientos. Se diferencia de la noticia porque lo que cuenta al principio es el final, es decir, empieza por el desenlace y luego sigue con los acontecimientos de acuerdo a como fueron desarrollándose temporalmente.
Variantes en el armado de una crónica:
1. Pirámide normal: Siguiendo al pie de la letra el armado cronológico. En este caso el relato crece hasta el desenlace.
2. Martillo: Resume la información principal en las primeras líneas y luego relatando secuencialmente los hechos.
Algunos autores creen que la crónica era el género periodístico privilegiado hasta que el formato pirámide invertida (la noticia breve) invadió las redacciones de los EEUU por considerar que es un estilo mucho más ágil. Actualmente, en el periodismo latinoamericano, la pirámide invertida se ha convertido en el género periodístico por excelencia, aunque sigue usándose la crónica cuando la pirámide invertida resulta insuficiente.
Las partes de la crónica
Las crónicas se arman combinado diferentes elementos, estos son:
Segmentos narrativos:
Se dedican a los acontecimientos que pueden ser considerados procesos y ponen el acento en el aspecto temporal del relato. Esto hace que predomine el tiempo preterito ("Martín Friedelmeier fue nombrado interventor del Museo del Libro") y el presente histórico ("Encuentran valiosos ejemplares del siglo pasado que no habían sido catalogados en los inventarios del Museo del Libro").
Segmentos descriptivos:
En este caso, el texto se detiene sobre objetos y seres dejando de lado el aspecto temporal. El proceso es descripto como un espectáculo y el objetivo es justificar el porqué de los acontecimientos así como también la psicología de los personajes implicados. Por otra parte, los segmentos descriptivos colaboran en la creación de la idea de que el periodista estuvo presente físicamente en el momento en que el acontecimiento tenía lugar ("Sentado en el escritorio de madera, maltratado por las inoperantes administraciones que se han sucedido durante los últimos 40 años, el joven funcionario con un gesto soberbio, trata de encontrar los papeles que habrían dejado sus predecesores. En rigor, el museo no es antiguo pero todo parece viejo, las paredes muestran visibles manchas de humedad, las telarañas se esperecen por todas las esquinas posibles y los inventarios, escritos a pluma en registros amarillentos, se encuentran incompletos y desorganizados.")
Segmentos comentativos:
Son conectores que aseguran un relato coherente. Algunos de los más comunes son: "por otra parte", "sin embargo", "además", etc. Este tipo de recursos permiten crear la ilusión de que el cronista participa de los hechos desde el mismo lugar en que estos ocurren.
Escenas dialogadas:
Estos segmentos refieren a lo que otros dijeron y pueden incluirse en una crónica a través de:
Discurso directo:
"Iniciaremos un plan para remodelar el museo", explicó el joven funcionario.
En este caso se utilizan comillas para colocar el texto de manera tan exacta como se cree que fue dicho originalmente. Este estilo se utiliza cuando es necesario incluir una cita textual para dar un efecto de veracidad y mayor proximidad con el personaje.
Discurso indirecto:
El joven funcionario afirmó que inciarían un plan para remodelar el museo.
El periodista relata los dichos por el protagonista de la noticia en los casos que se considereirrelevante citar textualmente. Este procedimiento facilita el resúmen de la información.
El estilo indirecto requiere algunas transformaciones verbales, adverviales y pronominales. Aunque esto resulte obvio en aquellas personas que poseen un buen dominio del lenguaje, creemos oportuno puntualizar algunas de las más frecuentes:
Directo
Mi
Mañana
Nosotros
Ahora
Haré / Voy ha hacer
Hago
Hice
Yo
Acá
Indirecto
Su
Al día siguiente
Ellos
Entonces
Haría
Hizo
Había hecho
Él
Allá
Discurso narrativizado:
El equipo a cargo del joven funcionario iniciará un plan para remodelar el museo.
En este caso el periodista asume los dichos pronunciados como un hecho. Desaparece el verbo que refiere (dijo, explicó, mencionó, afirmó, etc) lo que da más fuerza al narrador que incluye como propios los dichos del personaje.
La Entrevista
La entrevista, aparentemente reproduce una conversación entre entrevistador y entrevistado. Sin embargo, no se trata de una charla casual aunque muchas veces logre crear la ilusión de hacer testigo al lector de un encuentro entre dos personas significativas socialemente. Una entrevista es el resultado de un proceso compuesto de distintas instacias en el que el diálogo con el entrevisado es sólamente uno de varios pasos.
Los pasos de una entrevista :
1. Preparación:
El primer paso es elegir al entrevistado entre la totalidad de personas entrevistables.
2. Conversación:
En este momento se produce un diálogo en el que el periodista (entrevistador) es quien orienta el encuentro. Él debe ser quien va trazando, a lo largo de la entrevista, los ejes que tendrá la futura nota.
3. Escritura:
No se trata sólamente de transcribir textualmente las palabras del entrevistado, sino que supone un acto creativo. El material hablado durante la entrevista (posiblemente grabado) deberá adquirir un nuevo orden, ser seleccionado o recortado, y realizar una adpatación conveniente que permita crear la ilusión de una conversación en vivo.
Una entrevista consta de varias partes. El titular, que resume un aspecto o una declaración del entrevistado, el copete, que es una síntesis que introduce el eje central de la entrevista, puede incluir una descripción del entrevistado y algunas frases dichas por el y finalmente el cuerpo de la entrevista que suele estar bajo el formato de pregunta-respuesta. A menudo el cuerpo de la entrevista esta precedido de un breve relato que introduce la información.
Cuando una entrevista es publicado utilizando el concepto: pregunta-respuesta (a veces llamado reportaje), se asemeja a una puesta teatral ya que se escenifica la situación, al igual que el teatro se indica entre paréntesis los estados de ánimo y exclamaciones que tuvieron lugar a lo largo del diálogo con el entrevistado.
4. Publicación:
Finalmente, en esta etapa, es el medio el que reproduce la entrevista quien tiene el poder. Puede modificar los titulares, variar el espacio asignado, destacarlo o no, etc.
La Opinión
Los periodistas dan su opinión sobre temas diversos de la actualidad, a menudo esto se hace a través de columnas y artículos. Muchs veces, la opinión esta a cargo de un especialista que es un conocedor del tema, como por ejemplo los comentarios deportivos o la crítica de espectáculos.
Cuando el objetivo del texto es el de dar una opinión, se supone que se debe dejar en claro que no trata de información objetivo: no es ético engañar al lector, tratando de influir en su modo de pensar de manera solapada. Por ejemplo, en un artículo aparentemente informativo sobre la desocupación, agregar un parrafo que diga "la dura realidad ecónomica de las familias del conurbano no se verá favorecida por leyes redactadas a corde con las ambiciones de los empresarios", porque sería plantear un punto de vista. De allí que los textos de opinión suelen estar enmarcados de un modo especial o en una tipografia diferente, a menudo se subtitulan como "opinión" o "editorial".
El editorial
El editorial es el género mediante el cual la publicación (el diario, la revista) da a conocer sus puntos de vista sobre ciertos acontecimientos de la realidad actual. Suele aparecer en un sitio fijo y no suele estar firmado, ya que la empresa es la que se responsabiliza por la publicación.
Los editoriales tienen un estilo sencillo, y su discurso es argumentativo, es decir, intentan convencer al lector de una hipótesis determinada recurriendo a ejemplos o comparaciones. También es frecuente utilizar invocaciones que involucran al lector como por ejemplo: "ud. Ya habra detectado que…" y recursos similares.
La columna
La columna es un espacio fijo y periódico en un medio. Generalmente está a cargo de un periodista, pero también puede ser escrita por un especialista como por ejemplo o médico o un deportista. Normalmente una columna tiene el objetivo de mostrar puntos de vista ante una noticia y pude expresar un punto de vista diferente al editorial
Columna de autor:
Generalmente identificadas con el nombre del periodista (a veces incluso hasta con su foto), están basadas en la idea de crear cierta complicidad entre el autor y el lector dadas por la familiaridad y la frecuencia con que aparecen sus comentarios.
Columna de tema:
En este caso no están a cargo de un solo columnista sino de varios que vierten su opinión sobre un mismo tema. El tema puede ser el deporte, las noticias internacionales o un suplemento de salud o cocina.
La reseña y la crítica
La reseña es un género que permite informar a la vez que realiza una crítica. Este género es muy utilizado en la crítica de espectáculos. El periodista, comenta brevemente la película y realiza luego una valoración.
La crítica especializada, consignada a un conocedor de un tema específico, realizada comentarios temas que requieren, de alguna manera una capacitación especial, por ejemplo, las críticas de ballet realizadas por Silvia Gsell en La Nación.
El Periodismo de Investigación
No existen razones para afirmar que la investigación se haya convertido en un nuevo género periodístico. Todo lo contrario, habría que coincidir con el novel colombiano de la literatura, Gabriel García Márquez, cuando aclaraba en un artículo que "la investigación no es una especialidad del oficio, sino que todo periodismo tiene que ser investigativo por definición..." (El Tiempo, Bogotá, 3-l2-95)
Sin embargo, lo cierto es que sobre todo desde hace poco más de dos décadas se viene hablando acerca de un llamado Periodismo de Investigación, al cual se atribuyen hoy quizás, tantas virtudes como defectos. ¿Existe un "periodismo de investigación"?, ¿si es así, qué características tiene?, ¿hasta qué punto puede ser útil en nuestro caso el estudio y asimilación de tales conceptos en nuestra teoría periodística?. Desde luego que no es posible adoptar una actitud crítica en el terreno teórico sin antes tratar de profundizar y esclarecer sus principales presupuestos.
En este caso, sin pretender un análisis exhaustivo de la génesis y evolución diacrónica de tal término, es importante remitirse como antecedentes más remotos a fines del siglo XIX en los Estados Unidos, cuando el buen periodismo parecía estar vinculado a la aventura, la previsión y presencia del reportero en los grandes acontecimientos que estremecían al mundo, la agilidad para penetrar en fuentes complejas y obtener al fin y al cabo la información perseguida, y la revelación de los resultados alcanzados a través de series de trabajos que causaron sensación en los primeros millones de lectores de periódicos. Luego, ya a principios del presente siglo, fueron los "muckrakers" (rastrilladores), calificados así por el presidente norteamericano Theodore Roosvelt, quien criticó a "los periodistas que según él imitaban al "rastrillador de estiércol" que rehúsa ver todo lo que es elevado en la vida y centra su atención sólo en lo que es vil y degradante". Sin embargo, no mucho tiempo después el término se convertiría en un elogio que distinguiría a aquellos que hurgaban en el trasfondo de los hechos hasta encontrar elementos no revelados de los mismos.
Décadas más tarde, la presencia masiva de la radio y el surgimiento de la televisión, durante los años cincuenta, dieron paso a su vez a una nueva etapa de mayor profundización en los contenidos de la prensa (escrita, sobre todo), mediante la investigación de los hechos de manera que facilitara su interpretación. Se desarrolla entonces el papel y formas nuevas del reportaje y otros géneros del periodismo destinados a informar y analizar las causas y consecuencias de los hechos, sus protagonistas y demás detalles no presentados necesariamente por los medios que ostentaban la ventaja de la inmediatez.
Pero no es hasta mediados de los setenta, con la publicación del libro Todos los hombres del Presidente, de Carl Bernstein y Bob Woodward, a raíz de sus famosos artículos sobre el llamado "escándalo Watergate" revelados por el Washington Post, que comienza a hablarse de un "periodismo de investigación" con nombre propio, y el afán de destituir presidentes y descaracterizar hombres públicos comienza a generalizarse como el sueño dorado de escolares y profesionales del periodismo, tanto en Estados Unidos como en la mayoría de los países de América Latina, principalmente. Vale decir que terreno propicio para ello, por otra parte, había más que suficiente.
2. ¿Qué se entiende por Periodismo de Investigación?
Para el común de sus cultivadores, éste se distingue del resto de las rutinas profesionales tradicionales fundamentalmente por la selección de determinados temas y su mayor profundidad en el tratamiento del objeto o asunto que se aborda, lo cual supone o es el resultado a su vez del empleo combinado de métodos y técnicas rigurosas de indagación en la búsqueda de los datos y, por supuesto, de un consumo de tiempo y otros recursos superior a la media del reportaje convencional. Autores como Robert W. Greene y Gerardo Reyes, entre otros, en un intento de definición, precisan que el periodismo de investigación es la reportería que se realiza a través de la iniciativa y el trabajo del periodista, sobre asuntos de importancia que algunas personas u organizaciones desean mantener en secreto. Los tres elementos básicos son: que la investigación sea el trabajo del reportero, no un informe sobre una investigación hecha por alguien más; que el tema de la información trate algo de razonable importancia para el lector o televidente, y que haya quienes se empeñen en esconder esos asuntos al público.
También William Gaines lo plantea en similares términos, cuando señala en su obra que "se considera historia investigativa: 1) aquella que es producto original del periodista, en contraposición a un informe sobre la investigación de una entidad pública; 2) aquella en la que haya existido algún intento de ocultar la información; 3) aquella que sea de importancia para el público."
Aunque la experiencia relatada por éstos y otros autores ( Scanella, Quesada, etc.) que han abordado el tema reconocen las ventajas de un trabajo en equipo y del empleo de distintas técnicas de investigación, la mayoría de ellos asume como válido el papel predominante del reportero individual y la condición de que los datos a manejar deben ser un resultado del esfuerzo propio. Ello podría llevar a la idea de excluir importantes procedimientos indagatorios que se apoyan en el trabajo y la opinión de expertos u otros investigadores que a menudo suelen constituirse en valiosas fuentes de información para el reportero, dispuestas por lo general a colaborar en forma desinteresada con éste.
El interés social del tema, condición inobjetable, no puede conducir sin embargo al criterio de que todo lo que atrae la curiosidad y atención del público debe ser tratado por la prensa. No podemos coincidir con Reyes cuando admite como idea generalizadora que
La gente busca información para satisfacer una amplia variedad de necesidades. Una de ellas es la de conocer las acciones u omisiones de sus gobernantes, legisladores, jueces y militares, de los comerciantes e industriales que dominan el sector económico de la nación, de los banqueros que tienen en sus manos el dinero de miles de familias y empresas y, en general, de las personas que participan de algunas maneras en el manejo de los destinos de su ciudad o país.
El público quiere saber qué pasa con sus impuestos, a dónde va a parar el dinero de las privatizaciones y de las bonanzas, y cómo está cuidando el Estado los recursos naturales; quiere enterarse sobre la integridad moral de sus gobernantes, si tienen relaciones con narcotraficantes o mafias de juego y el contrabando y, sobre todo, quiere saber quién lo engaña. Al mismo tiempo, el lector busca chismes en el periódico para satisfacer su curiosidad personal sobre la vida privada de artistas, comediantes, grandes empresarios, deportistas y delincuentes famosos.
Por supuesto que hay límites que sitúan la ética, los intereses del país, la intimidad de las personas, y otros factores de política editorial, que no pueden dejarse de tener en cuenta, y que a la corta o a la larga podrían dar al traste con las posibilidades de que muchos temas abordados sin una valoración previa vean la luz pública.
Por último, suponer la existencia de intereses antagónicos con la fuente como condición de toda investigación periodística convierte en esencial un rasgo que puede ser y es sin duda ocasional, dependiente más bien de las características de determinados sistemas sociales y temas que de las complejidades de muchos asuntos que la prensa debe abordar con enfoque científico, y en los cuales a menudo sus principales fuentes de información podrían estar tan interesadas como el reportero en un buen tratamiento periodístico.
En síntesis, al valorar de conjunto el Periodismo de Investigación podemos subrayar como rasgos positivos los siguientes:
• La necesidad de un despliegue constante de iniciativas y habilidades profesionales para la búsqueda y solución de nuevos temas o aspectos de determinados temas en ocasiones desconocidos, pero esenciales.
• Una concepción integral y estratégica del trabajo con las fuentes de información y ulterior presentación de los resultados, a través de una serie o conjunto de trabajos periodísticos.
• Un aprovechamiento adecuado de las amplias posibilidades que se abren al periodista con la introducción de las modernas tecnologías de la comunicación e información.
A su cuenta negativa se ubicarían, por el contrario:
• El énfasis en los lados obscuros de la vida, las personas y los hechos.
• La incursión frecuente en facetas de la vida íntima de las personas y adopción de una postura hipercrítica de la actividad de las instituciones públicas, asumiendo papeles de jueces y fiscales de la conducta ciudadana.
• Una concepción antagónica de las relaciones entre el periodista y las fuentes y protagonistas de muchos hechos que trata.
De todo ello se desprende que asumimos el Periodismo de Investigación como una propuesta válida, es decir, como una posible actitud y acción profesional ante los hechos, con rasgos específicos propios que lo separan del trabajo de reportaje convencional, apremiado por la inmediatez y facilitado por los necesarios lugares comunes de la cotidianeidad. Sería un error, sin embargo, asumirlo sin una posición crítica ante sus lados opuestos a toda ética y deontología profesional.
3. Principios y pasos para la realización del Periodismo de Investigación
Teniendo estas observaciones en cuenta, una concepción propia del Periodismo de Investigación podría partir a nuestro juicio de los siguientes criterios:
1. Selección y enfoque: de temas o problemas complejos, que requieren el conocimiento y la atención y participación de la opinión pública y las instituciones, partiendo del interés social.
2. Intencionalidad: supone como premisas determinado grado de esclarecimiento previo acerca de la comunicabilidad de los resultados y su impacto en la opinión pública, con fines que pueden ir desde la información o explicación esclarecedora y la corrección o rectificación de deficiencias o irregularidades cometidas, hasta la orientación y movilización colectiva hacia determinadas acciones institucionales o masivas, encaminadas a la solución parcial o total del problema.
3. Objetividad: es decir, la búsqueda de la verdad objetiva que subyace a veces bajo el aspecto superficial o la primera impresión que nos producen --o se nos propone sobre-- los hechos. Ello supone ir a las esencias con incansable actitud analítica y crítica.
4. Enfoque científico integral y estratégico: del trabajo con las fuentes de información y en la aplicación de los diversos métodos y técnicas para la obtención de los datos que necesitamos. Incluye por supuesto las amplias posibilidades de la observación directa y participante, abierta o encubierta, en dependencia de las circunstancias; así como la consulta a todo tipo de fuentes que nos aporten referencias o datos útiles.
5. Normas y principios éticos: previstos por nuestro Código Profesional, en el cual se encuentran claramente definidos deberes y derechos del periodista y sus órganos de prensa en la sociedad, así como el tipo de relaciones a desarrollar entre éstos y las demás personas e instituciones.
6. Enfoque integral y sistémico de la estrategia comunicativa, partiendo de una adecuada comprensión de los procesos de comunicación en su cotidianeidad y continuidad de una parte, y de las potencialidades creadoras, el papel complementario y las características de los diferentes géneros periodísticos, de la otra.
Tomando como base estos criterios, no a manera de recetario, sino como normas que la experiencia aconseja asumir con toda flexibilidad, podrían resumirse los principales pasos a dar para llevar a la práctica el periodismo investigativo en nuestras condiciones particulares:
Primero : Concebir y elaborar un proyecto o plan previo, a partir de la selección del tema o problema a abordar, esclarecer sus premisas y precisar los objetivos o finalidad investigativa y comunicativa. En dicho proyecto quedarán previstas las principales técnicas de investigación a emplear, tiempo y recursos materiales y humanos necesarios, incluyendo su costo en determinados casos.
Segundo: Desarrollo de la investigación, aplicando las técnicas requeridas y combinando, en dependencia de las necesidades previstas u otras situaciones que pudieran presentarse: observación, entrevistas individuales, encuestas, consulta a expertos, trabajo en grupos, estudio documental y bibliográfico, consulta a fuentes informáticas, etc.
La obtención de información, por otra parte, en el caso de la investigación periodística tiene una doble condición: a) conduce a los resultados perseguidos en el orden indagatorio, tal y como ocurre en todo proyecto de esta naturaleza, b) aporta todo el material fáctico y de referencia, así como ilustraciones a emplear en los diferentes géneros, lo cual supone una elaboración sobre la marcha de la posible estrategia comunicativa a emplear en la presentación periodística de los resultados.
Tercero: Realizar un balance final de los resultados y proceder al ajuste definitivo de la estrategia comunicativa. Este paso pudiera dar lugar al criterio de que el material recolectado, contrariamente a las premisas definidas, no aconseja su publicación desde el punto de vista periodístico. En tal caso, quizás se recomiende su archivo definitivo o su entrega a determinadas instituciones, en cuyas manos pudiera tener alguna utilidad.
Cuarto: Elaborar el o los trabajos periodísticos empleando distintos géneros, teniendo en cuenta las posibilidades de su publicación en una o más ediciones o emisiones del órgano de prensa, según el caso. La estrategia debe prever el lugar que ocuparían posibles respuestas emitidas por instituciones o personas individualmente, como efecto o repercusión de los primeros trabajos; hechos de los cuales es muy importante mantenerse atentos, e incluso provocarlos en ocasiones en que sea recomendable.
La polémica es también una posibilidad en esta etapa, debido al surgimiento de criterios o datos opuestos o parcialmente diferentes a los expresados por el periodista o por alguna otra opinión vertida públicamente. Deberá estarse al tanto de todo y definirse oportunamente qué lugar darle o no dentro de la estrategia de comunicación.
Quinto: Controlar y evaluar parcial y finalmente los efectos o resultados logrados o promovidos por las acciones comunicativas en su conjunto, haciéndolo evidente en ocasiones de manera expresa y objetiva. Aquí es importante reconocer la actitud receptiva y el papel positivo de personas e instituciones en la solución de los problemas, extrayendo finalmente las mejores lecciones de todo el proceso.
De ello se desprende que, aunque en ocasiones pudiera haber casos de personas negligentes o responsables de algunos hechos o situaciones criticados por la prensa, lo fundamental es ir a las causas esenciales que le dieron lugar, sus consecuencias sociales y el papel de la opinión pública y la participación ciudadana e institucional, tanto en su origen como, sobre todo, en sus posibles vías de solución y esclarecimiento.
Tales pasos quedarían plasmados, como diseño de la investigación periodística, de acuerdo con los diferentes elementos que aconseja William Gaines en su obra, y que podemos resumir de la manera siguiente:
• Título: una idea básica y totalizadora del tema a abordar
• Tema: precisión sobre el problema que será objeto de investigación
• Necesidad: importancia o trascendencia e interés social del problema y significación posible de su publicación
• Alcance del estudio: delimitación de los marcos en que se desarrollará la investigación
• Métodos y técnicas que se pondrán en práctica para la investigación
• Fuentes: Relación de fuentes personales, documentales o institucionales
• Producción: géneros, ediciones, materiales a conseguir, etc.
No se trata, por supuesto, de un esquema rígido, sino todo lo contrario. Partiendo de su papel básico como proyecto a valorar y decidir por el equipo de redacción, los promotores le harán las adecuaciones requeridas en cada situación, a fin de que sirva como sistema argumental y guía práctica de todo el proceso de realización de la indagación periodística y sus diferentes variantes de géneros como propuesta de estrategia comunicativa.
Como podrá apreciarse de todo lo antes dicho, al reconocer la existencia de un llamado "Periodismo de Investigación", no estamos hablando de un género periodístico específico; sino de una actitud, métodos y acciones profesionales ante determinados temas que por su complejidad e implicaciones deben ser objeto de una investigación más acabada y rigurosa; así como del empleo casi siempre combinado de variadas formas de presentación del material periodístico.
Es obvio, por otra parte, que la realidad no identifica cuándo corresponde tal actitud; sino que ese deslinde incumbe al periodista. Y vale decir que para el buen periodista, toda realidad siempre es compleja y requiere, por tanto, el máximo de rigor profesional. De ahí que por ello estemos de acuerdo con el principio planteado por el novel colombiano.
4. Bibliografía
--W. Gaines, Periodismo Investigativo para prensa y televisión, TM Editores, Colombia, 1996.
--P. Rodríguez, Periodismo de investigación, técnicas y estrategias, Barcelona, Paidós, 1994.
--G. Reyes, Periodismo de Investigación, Trillas, México, 1996.
--M. Quesada, La investigación periodística, Ariel, Barcelona, 1987.
--Revista Chasqui, No. 4l, 1993, Lima,
--UPEC, Documentos aprobados por el Séptimo Congreso de la Unión de Periodistas de Cuba, marzo de 1999.
--UPEC, Revista Enfoques

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